Barcelona. El defensa holandés Frank de Boer ha recibido hoy la noticia más desagradable de su carrera al conocer que ha sido sancionado de un año de suspensión por el positivo por nandrolona, anuncio que llega semanas después de unas negociaciones con su actual club, el Barcelona, con el que estaba a punto de cerrar su último contrato.
Frank de Boer acababa su unión con el Barcelona el 30 de junio del 2002 y ante el buen rendimiento del capitán de la selección holandesa, ambas partes se habían sentado en la mesa de negociación para suscribir un nuevo compromiso, con el que el jugador, casi con toda seguridad, concluiría su carrera profesional.
El Barcelona aún no se ha pronunciado acerca de la sanción de un año que le ha impuesto la comisión de control y disciplina de la UEFA a De Boer, por una tasa cuatro veces superior de nandrolona en la orina, después de análisis y contraanálisis efectuados, aunque comentarios vertidos por sus directivos en semanas anteriores daban a entender que el club no estaba muy por la labor de negociar con un jugador susceptible de recibir una sanción de un año por dopaje.
El drama de Frank de Boer se llama nandrolona, un esteroide anabolizante familia de la testosterona, clembuterol y estanozol, que aumenta la masa muscular, mejora la competitividad y la resistencia, con el perjuicio a largo plazo de cambios sicológicos, problemas en el hígado y cardiovasculares, entre otros.
El disgusto del jugador arranca tras un control antidopaje al que se sometió el 15 de marzo pasado tras el partido de la Copa de la UEFA que el Barcelona disputó en Vigo contra el Celta.
Aquel análisis ofreció una tasa cuatro veces superior de nanogramos por milímetros cúbico en la orina. El límite es de 2 nanogramos y el jugador dio 8, idéntica medida que evidenció el contraanálisis solicitado por De Boer semanas después.
El futbolista siempre ha negado haber ingerido voluntariamente ningún producto para doparse, hecho que adquirió fuerza en su día cuando un compañero de selección del barcelonista, Edgar Davids, también dio positivo por la misma sustancia.
Las miradas se dirigieron entonces a la selección holandesa, y más concretamente a sus servicios médicos, pero después de diversas investigaciones, tras las sospechas de una supuesta infección de complejos vitamínicos que ingerían los deportistas, no se dio con el origen del problema.
Frank de Boer ha recibido la sanción de doce meses de suspensión y ayer su compañero Davids (Juventus) y el exbarcelonista Fernando Couto (Lazio) recibieron la confirmación de suspensión por dopaje por parte del comité ejecutivo de la Federación Internacional de Futbol (FIFA), lo que les impedirá jugar en cualquier torneo, ya no sólo organizado por la UEFA, sino por el organismo superior.
La FIFA anunció ayer, además, que integrará "una disposición muy clara" contra el dopaje dentro de la reforma de su código de disciplina. El organismo internacional había indicado que las suspensiones de ambos jugadores no estaban sujetas a apelación.
Frank de Boer ha conocido la sanción en Suiza, donde ha estado acompañado de su representante y abogado, Cor Hellingmann y Rob Cohen, respectivamente, con los que ha presentado numerosas pruebas para defender su inocencia, como una capilar, una de detección de mentiras y estudios acerca de la nandrolona y reproducción en el cuerpo humano. Inicialmente estaba previsto que un directivo del área jurídica del Barcelona, Josep Maria Coronas, estuviese con el jugador en Nyón, pero al final no ha viajado.
Frank de Boer ha defendido su inocencia desde el primer día, y ahora le queda apelar la decisión de la UEFA y, en caso extremo, llevar el asunto a la justicia ordinaria, hecho que, a ojos de los organismo internacionales, le reportaría mayores inconvenientes que beneficios, pues tanto UEFA como FIFA rechazan que los acuerdos de los tribunales deportivos se trasladen a la justicia ordinaria.
La posibilidad de apelar y el tiempo que el dicho comité tarde en fallar de nuevo podría permitir al jugador disputar los últimos tres partidos que le quedan al Barcelona esta temporada (uno de Liga y dos de Copa del Rey), siempre y cuando no se clasifique para la final de la Copa del Rey, lo que incrementaría hasta cuatro los compromisos del conjunto catalán en la recta final del campeonato.