Sin México, Estados Unidos, ni Canadá en la próxima eliminatoria mundialista, nos sentimos amos y señores de la Concacaf, la última Coca Cola en el desierto, la mamá de Tarzán, el gallo del corral. Todo eso junto y más.
La ausencia de los tres mejores equipos del área, clasificados automáticamente al Mundial como anfitriones del próximo certamen, es para muchos la encarnación de la frase “cuando el gato no está, los ratones hacen fiesta”. Vista desde la óptica tica, creíamos a la ‘Sele’ capaz de limarse las garras y decir: “No, señores, el gato soy yo”.
Pensamos que luego de tres participaciones consecutivas en Copas del Mundo con 32 equipos, la clasificación a una de 48 selecciones a partir del 2026 implica un mero trámite para los gestores del primer Aztecazo, los únicos de Concacaf que han jugado el quinto partido en un Mundial, la madre patria de Keylor Navas, el arquero ganador de tres Orejonas, el país del área que logró el tercer lugar en un Mundial de Clubes con uno de sus equipos más populares.
Cuidado.
Costa Rica enfrentará cuatro grandes dificultades: 1. El mentado cambio generacional. 2. La intensión confesada por el técnico Luis Fernando Suárez de jugar un fútbol más ofensivo, de no muy buen resultado ante Guatemala. 3. Rivales centroamericanos y algún caribeño capaz de darnos un susto.4. Un formato nuevo de eliminatoria que sin México, Estados Unidos y Canadá resulta engañoso.
Si la octagonal o la hexagonal permitían reponerse de algún tropiezo inesperado, esta vez se reduce el margen de error.
Todos conocemos la historia del mal arranque rumbo a Qatar 2022, seguido de la casi impecable segunda vuelta, con bríos renovados, jóvenes revelaciones y la afición volcada de cabeza “hasta el último minuto”. Esas remontadas serán más difíciles en la próxima eliminatoria, aunque parezca extraño. Un tropiezo, solo uno, justo en la peor hora, puede dejar fuera a una selección como Costa Rica.
LEA MÁS: Así se jugará la elimimatoria de Concacaf
Una vez superadas varias fases, la próxima eliminatoria desembocará en tres cuadrangulares como último paso hacia el Mundial. De cada grupo, solo el líder obtiene su boleto. He ahí la trampa. Si los mejores equipos del área quedan distribuidos en los tres grupos, como pretende el sistema de juego, Costa Rica compartirá grupo con al menos uno de sus rivales tradicionales: Honduras, Panamá, El Salvador, Trinidad y Tobago o Jamaica. Aún no termino de creer en Guatemala, muy a pesar de su triunfo por 1 a 0 sobre la Sele y la sentencia de un conocedor como el técnico Javier Delgado: “Tenemos un rival más”, aseguró el otro día en la transmisión de Teletica.
Aquello podría convertirse casi en un mano a mano, contra Honduras o Panamá, por ejemplo, por ganar el grupo sin derecho a fallar, contrario a lo sucedido en la octagonal pasada.
Aunque los dos mejores segundos lugares irán a un novedoso sistema de repechaje, aquello será territorio incierto, pues incluirá dos equipos de Concacaf, un equipo de Sudamérica, otro de África, uno de Asia y otro de Oceanía, en disputa de los últimos dos boletos al Mundial. Los cruces se definirán en su momento basados en el ranquin de FIFA, pero los equipos de Concacaf podrían verse obligados a ganar dos repechajes: el primero, muy probablemente ante un equipo oceánico o un asiático; luego, ante un africano o un sudamericano.
Por ahora, me preocupa más el autoengaño que el laboratorio de Luis Fernando Suárez. El técnico no tiene mayor opción que probar a los jóvenes, variar las alineaciones, acertar con uno y fallar con el otro. En este punto, no hay otro camino, como bien sabe Estados Unidos, hoy flamante bicampeón de la Liga de Naciones y campeón defensor de la Copa Oro, ausente del Mundial de Rusia 2018 en pleno cambio generacional.
Después juzgaremos los experimentos de Suárez, si dio continuidad, si descartó de buenas a primeras, si supo acompañar al joven con el experimentado o lo lanzó a la guerra, o si alineó a los muchachos en posiciones ajenas a sus mejores virtudes, como se ha visto en un par de casos.
Eso se irá viendo partido a partido, pero de momento, Costa Rica (usted y yo incluidos) ya entró perdiendo de cara a la supuestamente “fácil” eliminatoria venidera.
Quizás el primer paso hacia el Mundial sea quitarnos la venda.