Medellín (Colombia), 16 jul (EFE).- Uruguay y Costa Rica igualaron hoy 1-1 un partido iluminado por un golazo del centroamericano Paulo Wanchope del que se hablará durante mucho tiempo y que dejará una marca inalterable en la Copa América de Colombia 2001.
La obra cumbre del moreno jugador del Manchester City inglés en este torneo hizo levantar de sus asientos al público que asistió hoy al estadio Atanasio Girardot y que le aplaudió durante todo el encuentro y le ovacionó cuando, tras el pitido final, se retiró a los vestuarios.
El empate pone a ambos equipos en situación de hacer planes para los cuartos de final y supone un buen resultado para Uruguay, que debió soportar los embates de un ambicioso equipo costarricense, decidido a dar la nota en esta competición.
El balón tardó 18 minutos en llegar a una de las dos porterías, cuando el portero costarricense Erick Lonis paró un remate de cabeza de Carlos María Morales que tenía destino de gol. El mismo jugador uruguayo volvió a inquietar a la defensa centroamericana a los 25.
Antes de ello, Costa Rica había logrado darle al balón un mejor destino en el centro del campo, con dos o tres toques cortos y la inmediata búsqueda de Medford por la derecha y Wanchope por el centro, abastecidos por Carlos Castro desde la banda izquierda, donde el uruguayo Carlos Díaz era fácilmente superado.
No obstante, los costarricenses se acercaron poco y nada al portero rioplatense Gustavo Munúa y flaquearon cuando los Morales, Richard y Carlos María, lograron vincularse futbolísticamente.
Pero poco antes de la media hora de juego Wanchope avisó que estaba dispuesto a hacer un zafarrancho en el área uruguaya, con dos entradas que casi terminan con choques frontales entre los defensas centrales Sorondo y Bizera.
Avisó y cumplió, porque a los 28 eludió dos veces a la defensa de Uruguay en una jugada individual como las que no se habían visto hasta ahora en la Copa América, y en la que los rivales pasaban a su lado sin poder quitarle la pelota.
El toque de gracia de la gran obra de arte de la jornada lo dio el moreno delantero de Costa Rica con un remate suave, fino, delicado, como si tuviera un guante y no una bota en su pie derecho, que impulsó el balón sobre el palo izquierdo de Munúa, que se había adelantado desesperadamente para frenarle.
El balón lucía mejor en los pies de los costarricenses, porque había en ellos impulsos creativos, aunque no prosperaran la mayor parte de sus intentos ofensivos.
En el segundo tiempo el partido seguía jugándose en los alrededores del círculo central hasta que en la salida de un tiro libre Carlos María Morales, el sustituto de Javier Chevantón -baja definitiva en la Copa América- igualó a los 53 con un remate de cabeza a bocajarro.
Uruguay creció en su ambición de ganar el partido y atacó con muchos jugadores que tardaron en retomar sus posiciones, debido a lo cual Fonseca, que sustituyó a Medford a los 57 minutos, encabezó varios contraataques malogrados en los remates finales.
Tras varios intentos ofensivos fallidos de los costarricenses, Uruguay comenzó a ver con buenos ojos la posibilidad de quedarse con un punto y jugó en función de ello. Costa Rica atacó con alma y vida hasta el minuto final, apabulló a los uruguayos y hizo lucir al portero Gustavo Munúa.
1. Uruguay: Gustavo Munúa, Carlos Díaz, Gonzalo Sorondo, Joe Bizera, Alejandro Curbelo, Diego Pérez, Christian Callejas, Andrés Martínez (m.52, Jorge Anchen), Rodrigo Lemos (m.58, Sebastián Eguren), Ruchard Morales y Carlos María Morales (m.89, Carlos Gutiérrez). Director técnico: Víctor Púa.
1. Costa Rica: Erick Lonis, Jervis Drummond, Luis Marín, Reinaldo Parks, Gilberto Martínez, Hernán Medford (m.57, Rolando Fonseca), Mauricio Solís, Walter Centeno, Carlos Castro, Paulo Wanchope y Ronald Gómez (m.78, Steven Bryce). Director técnico: Alexandre Guimaraes.
Goles: 0-1, m.28: Wanchope. 1-1, m.53: Carlos Morales.
Arbitro: Carlos Simón (BRA). Amonestados: Gómez, Callejas, Wanchope, Sorondo.
Incidencias: Partido de la segunda jornada del grupo C de la Copa América disputado en el estadio Atanadio Girardot, de Medellín, ante unos 20.000 espectadores, la mayor parte de los cuales alentaron al conjunto costarricense, entre otras cosas porque vistió un uniforme similar al que utiliza habitualmente el local Independiente Medellín, de la Primera División colombiana. EFE