
En Liga Deportiva Alajuelense sintieron consternación total cuando los papás de Ramses Bonilla Murillo les comunicaron que su hijo, quien el 24 de marzo cumpliría 16 años, falleció en un accidente.
La Liga publicó una esquela en su cuenta de Facebook, acompañada de este mensaje: “Nos unimos al sensible fallecimiento de Ramses Bonilla Murillo, jugador de la U-15 proceso de LDA. ¡Mucha fortaleza a sus familiares, y amigos(as)!”.
Desde niño, Ramses siempre mostró grandes habilidades para el fútbol y su talento hasta lo seguían de cerca otros clubes.
Hubo un momento en el que fue parte de ese proceso en la Liga, pero cuando intentó hacer un gol de chilena cayó mal, se fracturó un brazo y hasta le tuvieron que colocar unos pines.
Cuando se recuperó y después de un tiempo alejado, ese equipo lo había asumido el técnico Gustavo Alvarado a quien le dieron muy buenas referencias de Ramses.
Padres de familia y jugadores del equipo le decían al entrenador que era una buena opción y que los iba a ayudar bastante, que le concediera una oportunidad y su respuesta fue que le avisaran que llegara, para verlo.
“Dicho y hecho, porque lo hizo bien. Yo lo dirigí un par de años y era un zurdo muy serio y muy callado, se llevaba bien con todos y ya en la cancha tenía mucha personalidad”, relató Gustavo Alvarado a La Nación.
Contó que al ingresar al terreno de juego, Ramses se transformaba y dejaba esa seriedad de lado, convirtiéndose en otro.
“Era corajudo, con garra y mucha entrega, se adaptaba mucho a lo que uno le pedía. Naturalmente, él era delantero, pero yo a veces le decía que lo ocupaba como extremo izquierdo por cuestiones del partido y siempre me decía que estaba bien, se adaptaba y cumplía, haciéndolo bien”, destacó el entrenador.
Recordó que también hubo un par de partidos en los que tuvo que utilizarlo de lateral izquierdo.
Gustavo Alvarado dice entre risas que ya él sabía cómo hacerle esas propuestas, para endulzarlo un poquito, pero que convencerlo tampoco le resultaba difícil, porque siempre tenía una gran disposición para ayudarle al equipo.
“Cuando jugaba de delantero, era efectivo, nos aportaba bastante gol. En los entrenamientos bien, su disposición con el grupo siempre fue buena, nunca hubo ningún problema con los compañeros, todo lo contrario. A pesar de que era serio, con el grupo vacilaba, tal vez selectivo con quién lo hacía, pero era un buen muchacho”, relató.
La estructura de liga menor de Alajuelense se divide en tres: las categorías de Unafut (élites y prospectos); luego está el otro proyecto que son las categorías procesos que compiten en los torneos de liga menor de la Liga de Ascenso (Liasce); y que también se encuentran las escuelas de fútbol y filiales.
“Yo lo tuve a él en el equipo U-15 proceso, cuando participamos en Liasce. Esa U-15 que yo tenía, este año pasó a ser U-17, y varios chicos se fueron a otros equipos porque les salieron oportunidades en equipos de liga menor de Unafut. El grupo se dividió y se deshizo, antes de que cerraran las inscripciones de Unafut”, destacó.
En el caso de Ramses Bonilla, todo hacía indicar que a partir del próximo semestre tendría chance en la liga menor de otro equipo tradicional. Ese era el plan del juvenil que falleció el fin de semana y que dejó su huella en Alajuelense.

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