Luego del estreno
La noche del martes la Selección mexicana de futbol disputó, ante su similar de Argentina, su primera prueba bajo la conducción del nuevo entrenador, Ricardo Antonio Lavolpe.
El resultado (derrota por 1 a 0) es lo de menos; como en todo partido de futbol se podrán buscar todo tipo de excusas y explicaciones para justificar el desenlace en contra.
La verdad es que, como suele ocurrir en esta clase de cotejos, los apuntes que el técnico pueda obtener de sus dirigidos, es lo importante.
El equipo mexicano mostró dos caras distintas a lo largo de los 90 minutos.
Siempre trató de llevar a la práctica los conceptos futbolísticos de su estratega, mas los resultados fueron totalmente distintos.
En el primer tiempo, el Tri se vio falto de ideas, desesperado y hasta apretado por una selección argentina que lo ahogó con un pressing asfixiante al momento de salir jugando con balón dominado, según los cánones de la más pura filosofía “lavolpista”.
En medio de un caos táctico y de posiciones cayó el único gol del partido.
Para la segunda mitad, las cosas cambiaron y la selección azteca no padeció tantos problemas, Lavolpe hizo entrar al talentoso mediocampista Luis Pérez (quien movió al equipo) e introdujo variantes para que los verdes se preocuparan más por el ataque sobre el arco rival que por defender el suyo propio; sin embargo el gol nunca llegó al Coliseo de Los Ángeles.
Entre las cosas rescatables que dejó este primer examen del Tri cabe reseñar la entrega y garra de los mexicanos.
También, la disposición para buscar la portería contraria, aún cuando la propia sufriera un fuerte acoso.
Finalmente, quedó la propuesta de un futbol ofensivo y de espectáculo por encima del futbol mezquino y de resultados que suele privar hoy en día.
Así fue el primer examen; la próxima semana, ante Colombia, habrá una nueva prueba y germinará otra ilusión. Ojalá que ante los cafeteros, los verdes logren una mejor nota.
Periodista mexicano