Carpentras. El italiano Marco Pantani y el estadounidense Lance Armstrong dieron una lección de ciclismo en el mítico Mont Ventoux, final de la duodécima etapa del Tour que partió de Carpentras (149 kms), y entre los dos firmaron una de las jornadas más brillantes del ciclismo en los últimos años, que concluyó con la victoria del ciclista transalpino.
La dureza de Mont Ventoux no defraudó a nadie. En la cima, el viento sopló a unos 80 kilómetros a la hora y la temperatura no superó los nueve grados.
Unos 300.000 espectadores se agolparon en las cunetas del monte a los largo de sus 21 kilómetros de ascensión para presenciar un final de etapa que rompiese definitivamente el Tour y fueron testigos de una jornada épica.
La etapa se desarrolló de acuerdo al guión previsto. Hasta los pies del Mont Ventoux no se iba desatar la batalla y los grandes de la general no se movieron hasta ese momento.
Desde Carpentras hasta las faldas del Ventoux la carrera se desenvolvió con muchos movimientos hasta que se formó una escapada de nueve hombres que pedalearon solos hasta las primeras rampas.
Botero, Agnolutto, Herve, Vinokourov, Nicolás Jalabert, Arrieta, García Acosta, Mattan y Kivilev formaron la cabeza de carrera en el kilómetro 43. En el pelotón se permitió en principio la fuga, aunque Banesto situó a sus hombres en cabeza del gran grupo para imponer un fuerte ritmo que fuese desgastando a los rivales.
Se llegó al Mont Ventoux con esa situación y en los primeros kilómetros de subida la carrera comenzó a partirse. Banesto, que había hecho todo el desgaste, perdió enseguida a sus dos principales ciclistas. Alex Zuelle y José María Jiménez no resistieron el ritmo impuesto y se quedaron. A Olano le sucedió lo mismo. El corredor de Once volvió a mostrar su peor cara y se hundió de nuevo a las primeras de cambio.
Mientras, Armstrong se unió a la rueda de Ullrich y entre los dos se pusieron manos a la obra para seguir descolgando unidades. Los escapados fueron cayendo poco a poco y a unos 14 kilómetros de la cima se realizó la primera gran selección. Ullrich, Armstrong, Livinston, Beloki, Virenque y Heras marcaron el ritmo y tomaron la delantera, mientras Marco Pantani hacía la goma para enganchar con el sexteto.
A unos diez kilómetros de la cima del Ventoux, cuando el monte comienza a perder la vegetación y el paisaje se torna en desértico, Pantani comenzó su recital.
El italiano hizo un alarde de garra extraordinario y lanzó hasta cinco ataques para quedarse solo en cabeza en el último. Armstrong no perdió el control de la situación y siguió pegado a Ullrich hasta que encontró el momento de pegar el "hachazo" definitivo al Tour.
El estadounidense se fue a por Pantani a unos 3 kilómetros de la cima con una fuerza y soltura fuera de lo normal, alcanzó al italiano y lo llevó consigo hacia la meta, donde le cedió la victoria como premio a su tremendo esfuerzo. En tercera posición entró en meta Joseba Beloki (Festina) a 24 segundos y en cuarto lugar lo hizo Ullrich a 28.
Armstrong ha dejado el Tour visto para sentencia. El norteamericano está muy por encima de sus rivales y salvo mayúscula sorpresa estará en lo más alto del podio de París. Entre él y Pantani escribieron una gran página para el ciclismo. El italiano ha vuelto a reverdecer laureles después de su expulsión del pasado Giro de Italia y ha demostrado al mundo que sigue siendo uno de los grandes.
El Tour vivió una gran jornada en un puerto mítico. Mont Ventoux ratificó a Armstrong como el mejor corredor, sacó a Pantani del trastero, confirmó al joven Beloki como la revelación del Tour y dejó a Abraham Olano, Alex Zulle y José María Jiménez en entredicho.
El Tour vivirá una jornada de transición mañana, viernes, entre Avignon y Draguignan (185,5 kms) para volver el sábado a la dureza con la entrada en los Alpes.