Durante 20 años, Manuel Bolaños subió al ring para fajarse contra los luchadores más salvajes y a pesar de su baja estatura, nunca les tuvo miedo.
Por eso, los aficionados a la lucha libre en Costa Rica aún recuerdan la valentía del inolvidable Chaparrito de Oro.
Comenzó a practicar la lucha libre en 1958, cuando administraba el gimnasio Súper Hércules y se unió a un grupo de luchadores extranjeros que visitó nuestro país.
Con ellos viajó a Guatemala, de donde regresó acompañado por dos luchadores y, en 1962, montaron sus primeras peleas.
Puso un ring en su gimnasio y allí obtuvo el campeonato wélter, hasta que en 1971 las luchas pasaron al Gimnasio Nacional.
Un año después, ganó el título wélter centroamericano y, en 1978, realizó una gira por Panamá, Colombia, Venezuela y República Dominicana con el gran luchador mexicano El Santo.
Fue declarado el “Mejor Atleta del Año” en dos ocasiones, pero en 1982 decidió retirarse, debido a una lesión en su columna.
Desde entonces, administró el bar La Fragata , un negocio que heredó de su padre y, ahora, dejó en manos de sus dos hijos.
Durante la administración Calderón Fournier fue miembro del grupo de seguridad del mandatario.
Hoy, Manuel tiene 62 años, está casado, vive en Cinco Esquinas de Tibás y dedica su tiempo a varios negocios personales.
Siento que a la lucha libre le falta algo. Antes nosotros dábamos corazón y vida, y los gimnasios se ponían a reventar”
El Chaparrito de oro
Exluchador nacional