Los filósofos del boxeo lo tienen claro: Eric Butterbean Esch es un espejo de decadencia.
¿De qué otra forma se explica, entonces, que una mole humana de 155 kilos suba al ring a lanzar golpes?
Butterbean es un bufón carismático que ronda los 50 años, campeón superpesado de la cuestionada Asociación Internacional de Boxeo (IBA, por sus siglas en inglés).
Es el rey "de los cuatro asaltos", límite impuesto por la IBA a su división, acaso porque como el propio Eric confesó a un periodista hace poco "si boxeo más allá de eso tengo problemas de respiración".
La familia escrupulosa del boxeo no ve a Butterbean como uno de los suyos, lo cual tiene sin cuidado al púgil. "Me importa un comino. Soy el legítimo campeón de la IBA y mi récord dice más que mil palabras".
La foja de Butterbean es de 47 victorias, 1 derrota y 2 combates sin decisión. Se impuso por KO. en 35 oportunidades. Su último triunfo, quizá "el más sonado", lo obtuvo el 27 de julio anterior en el Scope Arena de Norfolk (Virginia, EE. UU.) ante el excampeón del Consejo Mundial, Larry Holmes.
Para disipar dudas, hay que aclarar que Holmes llegó al combate con 53 años, directo de un retiro activo de casi 10 temporadas y, encima, sin entrenarse. "Allá él. Yo le gané limpio", dijo un irónico Butterbean .
A Eric se le conoce en los Estados Unidos como el rey de los "freaks", es decir, un bicho raro y único, que alimenta el morbo de los espectadores y despierta conmiseración o interés.
Cuando la IBA comprobó que Butterbean era un potencial negocio, gracias a la idolatría de que gozaba como eterno rey de los campeonatos de "hombres duros" (ganó 18 en seis años), no dudó en enlistarlo y crearle su división.
Pero, Eric, en un ejercicio de autoestima, narró la historia de otra manera. "En realidad, vencí a todos. Nadie quería pelear conmigo. Por eso, no me quedó otro camino que dar el salto hacia el profesionalismo".
La todopoderosa Top Rank, empresa promotora que lidera Bob Arum, lo acogió entre los suyos y en los últimos cinco años Butterbeam ha abierto las veladas más famosas de "pay-per-view" (pagar por ver).
Eric es inmune a las críticas, que le vienen en todas direcciones. "No entiendo a la gente. Yo aseguro diversión, me fajo con cualquiera. Estoy esperando a Mike Tyson", adelantó.
¿Cuál es su estilo de boxeo? "Mis peleas son siempre guerras desde el principio hasta el final. No creo en la estrategia. ¿De qué sirve tenerla, si mi única idea es noquear al rival?
Butterbean se entrena en casa sin exigencias. Se levanta a las 7 a. m. y sostiene sesiones de 6 y 8 asaltos con sparrings que nadie conoce. "No corro. ¿Quién se animaría a hacerlo con este cuerpo?". Tampoco sigue la dieta ideal de un buen deportista. "¿Mi desayuno? ¿A quién le importa? Una vez le dije a un periodista que me desayunaba 24 huevos fritos, almorzaba seis pizzas familiares y unas 10 cervezas, y no me creyó. Entonces, ¿para qué insistir en el tema?".
Quiérase o no, Butterbean tiene patente de ídolo. Recibe unas 5.000 cartas de admiradores por mes y es un imán publicitario.
"Yo no le hago daño al boxeo. Al contrario: lo mantengo vivo. Échenme a Tyson y romperemos todos los récords".
Fuentes: Internet, Centro de Documentación de La Nación y revista El Gráfico.