
Nicolás Massú y Fernando González ganaron trabajosamente ayer la primera medalla de oro del deporte chileno en la historia de unos Juegos Olímpicos, tras vencer 6-2, 4-6, 3-6, 7-6 (7), 6-4 a los alemanes Nicolás Kiefer y Rainer Schuettler, en la final del doble masculino del tenis.
Fue un maratónico partido, para nunca olvidar, que empezó la noche del sábado y concluyó a las 2:40 de la madrugada del domingo en Atenas (5:40 p. m. de ayer, en Costa Rica).
González tuvo que disputar dos maratones, uno detrás del otro, ya que a primera hora le ganó 6-4, 2-6, 16-14 al estadounidense Taylor Dent para quedarse con el bronce de los individuales masculinos.
Lo de González fue una verdadera epopeya: los dos partidos entre sí duraron 7 horas y 8 minutos; y apenas pudo descansar dos horas y media entre ambos.
González recibió asistencia del entrenador por dolores musculares en la pierna izquierda durante el doble; tomó su tiempo para estirarse cada vez que pudo.
Chile jamás había ganado una medalla olímpica de oro y Massú podría alzarse con la segunda hoy, cuando se medirá con el estadounidense Mardy Fish en individuales.
En el doble, los chilenos estuvieron con la soga en el cuello en el cuarto set , teniendo que levantar cuatro puntos de juego; en el parcial decisivo remontaron un 3-1 adverso.
Le quebraron el saque a Kiefer para irse adelante 5-4, y El bombardero González defendió su servicio para sellar la victorias.
Massú y González nunca habían ganado un título de dobles en su trayectoria en el circuito profesional. Lo único había sido el título de dobles juvenil del U. S. Open de 1997.
Las argentinas Paola Suárez y Patricia Tarabini, por su parte, le dieron a su país su primera presea en tenis desde 1992, al vencer 6-3, 6-3 a las japonesas Shinobu Asagoe y Ai Sugiyama, por el bronce del doble femenino.
El bronce del doble masculino fue ganado por los croatas Mario Ancic e Ivan Ljubicic.
En la final del individual femenino, la belga Justine Henin Hardenne se añadió un título olímpico tras doblegar 6-3, 6-3 a la francesa Amelie Mauresmo.