Bajo el influjo de Disneylandia y la Montaña Espacial, los Ángeles de Anaheim exhiben tanta naturalidad que parece no gozan del momento.
Eso sí, nadie oculta la sonrisa cuando se menciona un nombre: David Eckstein.
El torpedero de 1,72 metros y 170 libras no cuenta chistes, ni hace de payaso. Eckstein, de 27 años, apela a su singular manera de ser y contagia el entorno con el entusiasmo y la alegría de pequeñas ligas.
"Hace reír porque no oculta la gracia, determinación y perseverancia que le permite jugar en Grandes Ligas contra el criterio de la mayoría", dijo el jardinero Adam Kennedy.
"Es el monito de la recuperación", agregó Darin Erstad en metáfora del nuevo símbolo de peluche de Ángeles.
"Con una zona de strike para Mickey, es excelente en planchas (toques), batea hacia todos los rincones, lidera en golpes, robador de 21 bases y sólido defensor del campo corto"
Su condición supera la baja estatura. Eckstein recibió preparación física de Luigi Carnesecca, en la Academia Santa Ana del distrito de Queens, Nueva York.
Y, no olvida el mejor consejo de Carnesecca: siempre el mayor esfuerzo, sin perder el coraje porque la meta no llega pronto.
Aunque otro entrenador de la secundaria en cambio le decía que no tenía la estatura para el beisbol de alto nivel. "Una de las cosas grandes de este deporte es la poca importancia del tamaño, cuando se trabaja fuerte en la superación", comentó Eckstein.
Como buen hijo de maestros de primaria, también es profesor de Historia en la secundaria Seminole, de Sanford, Florida.
Su mayor interés era ser abogado. El beisbol fue una pasión tardía, aunque a los 4 años conocía al dedillo la nómina de los Piratas, campeones de la Serie Mundial de 1979.
Siendo un juvenil, Eckstein sufrió al ver a sus hermanos Kenny, Christine y Susan con males que requirieron trasplantes de riñones.
Habiendo sido estelar del equipo del Estado mientras jugaba para Seminole High School, Eckstein recibió ofertas de becas académicas.
Llegó a estudiar en la Universidad de Florida y nadie pudo sacarlo de la titularidad en beisbol, siendo luego "todos estrellas" de la Conferencia Sureste o Americana en 1999.
"Mi trabajo es llegar a la base, superar el temor y la duda y golpear la bola con mi mayor habilidad, esté quien esté al frente", finalizó Eckstein.