Una lesión lo venció antes de tiempo, y le impidió ir por el preciado oro olímpico.
El boxeador egipcio Mohamed Aly no pudo efectuar el combate final de la categoría de 91 kilos, pues no pasó el examen médico.
Según un comunicado de la Asociación Internacional de Boxeo (AIB), el africano se presentó a las 9 a. m. hora de Grecia (12 a. m. de Costa Rica) al control, donde reportó un fuerte dolor.
Luego de examinarlo, los doctores le impidieron pelear.
Esto significó automáticamente la medalla de oro para el ruso Alexander Povetkin, quien ganó la presea sin ponerse los guantes.
Las medallas de bronce fueron para los perdedores de las semifinales, el cubano Michel López y el italiano Roberto Cammarelle.
Oficialmente trascendió que Aly padecía una lesión en la espalda. El atleta se presentó a recoger su medalla de plata con el brazo derecho sostenido por una venda.
Al parecer, el pugilista sufrió la distensión de uno de los músculos de la espalda cuando venció al cubano López en las semifinales.
Revelación
El egipcio se hizo popular en estos Juegos no solo por su buena pegada, que le abrió campo hasta las finales, sino por su nombre parecido al de uno de los más grandes campeones de todos los tiempos, el estadounidense Mohammad Alí.
Aly tiene 29 años y mide 1,85 metros. En las rondas preliminares había vencido al lituano Jaroslav Jaksto (19 puntos a 1) y al camerunés Carlos Takam.
Aly había sido considerado una de las grandes apariciones en el boxeo de estos Juegos y se esperaba con gran expectación su duelo final contra el ruso Povetkin.
Sin embargo, el pesado ritmo del boxeo olímpico, con combates cada tres días, le pasó la factura antes de tiempo.
Muy deportivamente, el egipcio acudió a recibir su presea sin amargura, consciente de que en el deporte no todas son maduras siempre.
Aly fue uno de los pocos boxeadores no cubanos que despertaron el interés del público en el tinglado olímpico. Pero mientras la delegación isleña se fue a casa con cinco títulos, al africano le tocó solamente un premio de consolación.
Los deportes de contacto, fuente habitual de lesiones en cualquier competencia, tuvieron su momento más dramático el viernes, cuando el taekwondista Bertrand Gbongou Liande, de República Centroafricana, terminó en el hospital después de recibir una patada en su combate ante el austríaco Tuncay Caliskan.