Agustín Lleida logra el sueño que lo obsesionaba con Real Oviedo tras irse de Alajuelense

Fue en 2022 cuando Agustín Lleida decidió cerrar un ciclo en Liga Deportiva Alajuelense al aceptar una oferta irrechazable para convertirse en el director general del Real Oviedo.

Desde entonces, el exdirector deportivo de la Liga trabaja allá y lo que este equipo consiguió este sábado 21 de junio fue la realización de un sueño que lo obsesionaba, tanto como cuando trataba de mover cielo y tierra con el propósito de que Alajuelense estuviera lo mejor armado posible para pelear por el título nacional.

Con el Real Oviedo, él tenía claro que tarde o temprano lograrían el ascenso. Lo sentía como una deuda pendiente, que hoy es una realidad vibrante.

La gesta es aún más emotiva si se considera el camino recorrido. La temporada anterior, el ascenso se les escapó de las manos en estas mismas instancias, dejando una cicatriz que solo la victoria de este sábado podía sanar.

Se dio en un partido de repesca que fue un verdadero carrusel de emociones. El Real Oviedo llegó a la vuelta en casa con una desventaja de 1-0 del partido de ida frente al Mirandés.

El inicio del encuentro fue un golpe al corazón: a los 16 minutos, un gol del Mirandés ponía la eliminatoria 2-0 abajo, y el fantasma de la derrota previa parecía cernirse sobre el Estadio Carlos Tartiere, en Oviedo.

Pero el fútbol, como la vida, está lleno de giros inesperados. Con una resiliencia admirable, el equipo de Agustín Lleida, con esa plantilla que él mismo ha moldeado durante tres años, se levantó.

Los goles de Santi Cazorla y el marroquí Ilyas Chaira a los 39 y 52 minutos respectivamente, igualaron la serie, forzando la prórroga y elevando la tensión a niveles insospechados.

Fue en los tiempos suplementarios, cuando las piernas ya pesaban y los nervios estaban a flor de piel. Francisco Portillo, en el minuto 103, anotó el gol que selló la remontada y desató la euforia contenida de una afición que anhelaba este momento desde hace 24 largos años.

Este ascenso no es solo una victoria deportiva; es la culminación de un proyecto. También se convierte en una recompensa a la visión y el trabajo del propio Agustín Lleida.

Tener de vuelta al Real Oviedo en la Primera División de España resulta un triunfo para el Grupo Pachuca, propiedad del empresario mexicano Jesús Martínez, que ahora ve a este club codearse con la élite del fútbol ibérico.

La prensa internacional hizo eco de que para Jesús Martínez la prioridad era esta final por el ascenso en España, por encima del Mundial de Clubes, a pesar de que este domingo jugará Pachuca contra el Real Madrid.