Como fichas de dominó, las principales autoridades de la Municipalidad de Mora fueron cayendo una tras otra en cuestión de días, dejando al cantón ante un vacío de poder inédito. La sucesión natural se vio interrumpida por suspensiones judiciales y renuncias clave, lo que obligó a una reconfiguración urgente del liderazgo municipal.
La radical situación desembocó en un giro inesperado: la alcaldía de Mora quedó, temporalmente, en manos de un partido distinto al que ganó los comicios municipales de 2024.
El cargo lo ejerce actualmente un regidor que, además, lleva el doble sombrero de presidente del Concejo Municipal, se trata del politólogo Emmanuel Ferrer Venegas, de 31 años, representante del partido cantonal Unidos para el Desarrollo (PUEDE).

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El primer eslabón de la cadena
Ferrer no figuraba en la línea de sucesión. Su llegada al poder solo fue posible luego de una serie de quiebres institucionales que alteraron por completo el orden previsto.
El 21 de febrero, el Juzgado Penal de Hacienda y de la Función Pública ordenó la suspensión del cargo por seis meses del alcalde Alfonso Jiménez Cascante y la vicealcaldesa Ariuna Cabal Lombodorzh, ambos del Partido Liberal Progresista (PLP).
Este episodio marcó el rompimiento del primer eslabón de la cadena.
Las autoridades fueron separadas de sus funciones como medida cautelar mientras avanza la investigación que está en curso contra ambos funcionarios por presuntas irregularidades en contrataciones de obra pública.
A Jiménez y Cabal se les endilgan los presuntos delitos de pago irregular de contratos, peculado e incumplimiento de deberes. Se sospecha que los jerarcas municipales adjudicaron una serie de licitaciones a empresas específicas, con el presunto fin de beneficiarles.
Las tareas fueron asumidas el 24 de febrero por el segundo vicealcade, Maynor Guevara Mora, de 57 años. Así lo ordena el Código Municipal en su artículo 14.
“En los casos en que el o la vicealcalde primero no pueda sustituir al alcalde, en sus ausencias temporales y definitivas, el o la vicealcalde segundo sustituirá al alcalde, de pleno derecho, con las mismas responsabilidades y competencias de este durante el plazo de la sustitución”, explica la norma.
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Renuncia tras renuncia
No obstante, Guevara presentó su renuncia el 6 de mayo. En la carta que dirigió al Concejo Municipal, argumentó que los dos meses al frente del gobierno local le provocaron un desgaste físico y mental, al tener que asumir en solitario las responsabilidades dejadas vacantes por sus compañeros de fórmula.
La salida de Guevara implicaba volver a activar la línea de sucesión. Esta vez, la responsabilidad debería seguir a la presidencia del Concejo Municipal, cargo ocupado por María Picado Ovares, del partido PUEDE. Pero esto no ocurrió.
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El Concejo Municipal conoció el 7 de mayo la renuncia del segundo vicealcalde y en ese mismo espacio, la dimisión de Picado a la presidencia del órgano colegiado.

La regidora afirmó que no iba a ser capaz de ejercer de forma simultánea las responsabilidades de la alcaldía y las del Concejo, debido a su trabajo.
Explicó que hacía uno pocos meses ingresó a trabajar a la Municipalidad de Escazú, en la jefatura de la Unidad de Igualdad y Equidad de Género.
“Cuando acepté ser presidenta de este Concejo, no existía esta dualidad de funciones, ni las condiciones de mi trabajo actual estaban en el horizonte y sobre todo, no se visualizaban los escenarios extraordinarios que hoy enfrentamos. Nada de lo que hoy ocurre era previsible, y sin embargo, aquí estamos, tomando decisiones difíciles, pero necesarias”, agregó.
Cuando cae la última ficha
Picado era la última ficha del orden natural que se mantenía en pie. Su salida obligó a realizar una votación, ese mismo 7 de mayo, para elegir, entre los restantes cuatro regidores propietarios, a su sucesor y quien, al mismo tiempo, tendría que cargar con el peso de la alcaldía.
Este fue el evento que finalmente abrió la puerta a Ferrer, compañero de partido de Picado.
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El politólogo sumó tres votos, ya que contó con el apoyo de Picado y de la regidora del Partido Liberación Nacional (PLN), Xinia Vargas Vargas.
Su contrincante, Joarline Mata Mata, solo tuvo el apoyo de su compañero de partido, José Antonio Varela Monge. Ambos son representantes del PLP, como el alcalde y la vicealdesa suspendidos.
La elección de Ferrer significa que por lo próximos meses, hasta que se defina la situación legal del alcalde y la vicealcaldesa, la Municipalidad de Mora estará bajo el control del partido PUEDE.
Ferrer se mantendrá como alcalde interino hasta el próximo 21 de agosto, eso es, si la medida cautelar impuesta al alcalde y la vicealcaldesa no se prorroga.
