Con la llegada este martes de un segundo vuelo, Costa Rica completó la recepción de los 200 migrantes deportados desde Estados Unidos y cumplió así el acuerdo alcanzado entre los gobiernos de Rodrigo Chaves y Donald Trump.
El vuelo chárter proveniente de San Diego, California, arribó en horas de la tarde a la Base Dos del aeropuerto internacional Juan Santamaría, con 65 personas a bordo.
Entre el grupo de extranjeros originarios de India, China, Rusia, Nepal y la República Democrática del Congo, hay 16 menores de edad que viajan con al menos un acompañante.
Omer Badilla, director de Migración y Extranjería, confirmó el retiro de los pasaportes a los migrantes. Argumentó que la medida se ejecuta por razones de seguridad para los extranjeros.
“Si los dejamos que salgan a las calles podrían ser víctimas de redes criminales y de crimen organizado de trata y tráfico de personas. Son personas a las que debemos cuidar para que podamos hacer el proceso de retorno voluntario a sus países”, expresó Badilla.
La defensora de los habitantes, Angie Cruickshank, y personal de esta institución, estuvieron presentes para fiscalizar el arribo de los migrantes y la atención dada por parte de las entidades involucradas, tanto nacionales como extranjeras.
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Tras arribar a suelo costarricense, los migrantes fueron subidos a autobuses y trasladados al Centro de Atención Temporal a Migrantes (Catem), en Corredores de Puntarenas, donde se espera que permanezcan 30 días mientras se gestionan los retornos voluntarios a sus países.
Omer Badilla explicó que el protocolo es el mismo que se aplicó el 20 de febrero con los primeros 135 migrantes que llegaron.
Badilla defendió el proceso aplicado por las autoridades costarricenses pese a las críticas de la Defensoría de los Habitantes sobre un trato injusto dado a los niños migrantes, quienes se habrían visto afectados por hambre y sueño, luego de un viaje aéreo de más de cuatro horas y el posterior traslado inmediato por tierra al Catem.
El funcionario argumentó que una vez que el vuelo aterriza el objetivo es verificar el buen estado de salud de los extranjeros. El “resguardo de derechos humanos le corresponde a las Naciones Unidas (ONU), sin embargo hemos descartado que se hayan irrespetado los derechos”, declaró.
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Agregó que el abordaje integral debe realizarse en el Centro de Atención en Puntarenas, ya que en ese sitio se cuenta con el acompañamiento médico y psicológico, el servicio de traducción y la alimentación. Indicó que estos apoyos son proporcionados por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
En cuanto a la situación de los 135 migrantes que están en el Catem desde el pasado jueves, señaló que se está en la finalización de las entrevistas y que, hasta el momento, no se cuenta con ninguna solicitud de refugio.
El Gobierno costarricense anunció la llegada de los migrantes el pasado 17 de febrero. El proceso será financiado por el Gobierno de Donald Trump, que ha escalado las deportaciones masivas de migrantes indocumentados o acusados por algún delito.
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