Nuestro país se ha propuesto llegar a ser un país carbono neutral (C-neutral) para el bicentenario de nuestra independencia el año 2021. ¿Cómo se define la C- neutralidad? En término generales, se explica con una fórmula sencilla:
Ea – Em – Ec = 0
Esto significa que si a las e
Estos valores son medibles y conocibles, aunque se requiere un esfuerzo enfocado para conocerlos y poder determinar el cumplimiento con esta definición de C-neutralidad.
¿Cuáles podrían ser entonces las ventajas y desventajas de llegar a ser carbono-neutral, mitigando y compensando por nuestras emisiones antropogénicas? En el caso de Costa Rica, tal como lo ha informado el Estado de la Nación 2009, y también los documentos en el sitio web del Minaet: Hacia un Modelo Energético para Nuestro País y la Estrategia Energética 7 de Julio 2010, el problema principal son las emisiones producidas por el transporte público y privado que se mueve con diesel y gasolina. Otras contribuciones provienen de mal manejo de la basura, de la industria, la ganadería y algunas prácticas agrícolas.
Es notable el esfuerzo del sector privado por adoptar prácticas C-neutrales, incluyendo empresas bancarias, embajadas, empresas agrícolas y turísticas así como la Universidad EARTH y las universidades públicas. Bienvenida, por estas razones, la propuesta de Inteco, el instituto normativo nacional, que presenta actualmente en consulta en su sitio web la normativa que define las condiciones que permitirán oficializar estos esfuerzos públicos y privados, de modo que sean certificados para poder anunciarse C-neutral.
¿Dónde está el negocio de la C-neutralidad para Costa Rica? Comprar petróleo en el mercado es como pagar alquiler toda la vida. Este alquiler es, además, la cuenta más cara que tiene la familia costarricense. Nos cuesta entre $1.000 y $2.000 millones, anualmente, y va en alzada. Pero, si decidiéramos comprar casa, podríamos obtener uno o varios préstamos para lograrlo; ¡así, llegaría el día en que no tendríamos que pagar alquiler! Todo indica que será técnicamente factible transformar las flotillas de taxis, autos privados y hasta buses a transporte limpio. La opción más realista hoy día es el transporte eléctrico, que viene atrasado, pero viene al fin, con modelos cada vez más económicos (aunque sigo esperando el “Volkswagen” eléctrico accesible). El valle de consumo nocturno que tiene el país permite inmediatamente promover una política para recargar baterías de noche que no requiere inversión adicional alguna, según el Estado de la Nación 2009. Un sistema de transporte eléctrico moderno para la Meseta Central ha sido propuesto repetidamente, como lo hizo el Proyecto Terra que coordinó don Jorge Manuel Dengo, y sería una de las inversiones en infraestructura más importantes y costosas de este siglo 21. Sin embargo, al final lograríamos la soberanía energética y una posición estratégica para el país, con la posibilidad de lograr un sistema de transporte movilizado con energía que nosotros mismos producimos de fuentes limpias.
Hace falta un programa financiero para convertir el gasto anual de $1000 a $2000 millones de de combustibles fósiles en un plan de negocio que permita pagar los préstamos para reconvertir nuestro sistema de transporte en una década y aumentar la producción eléctrica, reconociendo que en 20 años de ahorro, en la factura petrolera dispondríamos de unos $30.000 a $40.000 millones de “alquiler” evitado, para financiar esta reconversión del transporte. De paso, nos permitiría cumplir con nuestros compromisos ambientales ante la Convención Marco de Cambio Climático (Unfccc). Es evidente que entre más rápido lo logremos, mayor el beneficio.
¿Qué posibles desventajas podría traerle al país la C-neutralidad? La única desventaja prevista sería la posibilidad de no contar con excedentes para vender carbono en el mercado internacional después de la fecha propuesta. Las ventajas, sin embargo, son enormes, y por tal razón satisface el apoyo que el actual gobierno le ha dado a esta idea-fuerza en sus documentos oficiales del sector energía. Internamente, se requiere una ardua labor de educación y convencimiento a diferentes sectores claves involucrados en la reconversión, para contagiarlos con la perspectiva de ser energéticamente autónomos.
Pedro León Azofeifa, @ Investigador en el Programa de Gestión Ambiental del CENAT, CONARE. Catedrático de la Universidad de Costa Rica. Miembro de la Academia de Ciencias de Costa Rica y de Estados Unidos.