EscucharDebo confesarle que el título de su editorial “Irán en nuestro patio” me confundió sobremanera. Creí estar escuchando al otrora director de la CIA, Porter Goss, cuando compareció hace casi dos años ante la comisión de Fuerzas Armadas del Senado estadounidense, para señalar que Estados Unidos debía prestar más atención a las amenazas globales, “empezando por nuestro patio trasero”, dijo en alusión a Latinoamérica.
Del señor Goss se comprende su arrogancia imperial y el desprecio hacia esta región pero, en el caso de La Nación , me sorprende que no tengan clara su ubicación espacial. De cualquier modo siempre es importante para los lectores saber desde cuáles referencias culturales e ideológicas se ubica quien escribe y pretende crear opinión pública. Incluso pareciera que siguieran la sugerencia del agente de la CIA en el sentido de alertar sobre lo que usted señala “deben ser fuente de gran atención”. Increíble similitud.
Le recuerdo que el presidente Hugo Chávez Frías ha manifestado que creemos y promovemos un mundo pluripolar, visión que a Washington parece irritarle profundamente, y también a sus aliados que se afanan precisamente en cuidar y proteger sus intereses, de tal forma que se asegure la existencia de los “patios traseros” del imperio.
Noción amplia. La pluripolaridad es una noción amplia, acorde a este siglo que requiere relaciones más transparentes, interdependientes, complementarias y solidarias; compartida además por países de otros continentes, como China y Rusia. Esta perspectiva no agrada a quienes se consideran poder único e imbatible, ni a sus serviles seguidores que se ofenden porque hay países capaces y decididos a no ser nunca más “patio trasero” ni rebaño de cualquier otro imperio.
Entiendo también que su ira desmedida hacia el presidente Hugo Chávez, evidenciada en 10 virulentos editoriales en poco más de dos meses, no le permita ver la importancia de la OPEP y la legitimidad de las relaciones entre sus miembros; pero esta pérdida de conciencia no debería llevarlo a ofender a países hermanos como Ecuador, Bolivia y Nicaragua, que están decidiendo sus propios rumbos, sin que nadie les dicte qué y cómo deben hacerlo.
Acerca de su análisis sobre quién gana o quién pierde influencia en el mundo, cuál es el régimen más censurado actualmente, quién da la espalda a quién, y quién ampara terroristas, es absolutamente discutible, aunque su posición está clara, por algo le gusta ser “patio”. Únicamente menciono a Luis Posada Carriles, confeso agente de la CIA, recordado precisamente por la revista Proa del domingo pasado.
Nota de la Redacción:
La Nación tiene muy clara su “ubicación espacial”. Está ubicada en un espacio y un tiempo que defiende y promueve los derechos humanos, aunque algunos prefieran violarlos impunemente. Desde esta perspectiva, difiere honrosa y radicalmente de la ubicación ideológica y cultural de la embajadora del gobierno de Hugo Chávez en Costa Rica, cuya mentalidad y estilo político fueron descritos, el 24 de enero pasado, por su mentor y principal asesor, por 10 años, exministro del Interior y exconstituyente, Luis Miquelena. Miquelena tuvo la dignidad y el coraje, pese a sus 80 años, de enfrentar a Chávez, a quien califica de “dictatorial, hipócrita”, “con las manos manchadas de sangre”, “arbitrario”, “ocurrente”, “personalista” etc.
