La crítica de Alberto Zúñiga (Viva, 11/11/06) referente al excelente concierto de Joaquín Sabina en el Palacio de los Deportes es buena en cuanto al concierto, pero no cuando hace comparaciones odiosas.
Si fuera un lector ingenuo, creería que la comparación de Heredia con Zapote se refiere a que el Palacio de los Deportes lleva por nombre “Premio Nobel de la Paz”. Cierto, el presidente de la República es presidente honorario de nuestra asociación y las instalaciones están dedicadas al honroso premio mundial que recibió, pero hasta ahí la relación con el poder político del país.
Como no soy lector ingenuo, deduzco que las manifestaciones de don Alberto tienden a comparar la administración del Palacio de los Deportes con el desmadre institucionalizado de los Festejos Populares de Zapote. Nada más alejado de la realidad. Desconoce el crítico que somos una asociación sin fines de lucro, que administra desde hace más de 15 años el complejo deportivo con manejo eficiente, austero, transparente y apegado al principio de rendición de cuentas.
Las mejores. La Asociación no recibe transferencia presupuestaria alguna del Estado, por lo que todos los ingresos son autogenerados y reinvertidos íntegramente en el mantenimiento de las instalaciones, por lo que Heredia cuenta con las mejores instalaciones deportivas producto de Juegos Nacionales. Esto permite albergar a más de 900 usuarios –que pagan precios más que populares en el spa–, que se preparen los atletas de Juegos Nacionales y los de la Asociación Herediana de Natación, que tengamos convenios con el Club Sport Herediano y el recién proclamado campeón de baloncesto Barva, sin costo alguno para esas instituciones.
Por lo dicho, disfrutamos de la confianza de empresarios y asociaciones que han realizado diversidad de conciertos, espectáculos artísticos, religiosos, académicos y de toda índole en las instalaciones. Todo esto es posible cuando se toman todas las medidas en cuanto a seguridad, comodidad y manejo adecuado de la infraestructura y los recursos económicos.
Las deficiencias acústicas que señala don Alberto –previsibles de por sí pues el Palacio se diseñó inicialmente para actividades deportivas– son motivo de análisis en la Asociación, que aún no cuenta con recursos económicos para hacer frente a obras de tal envergadura, pero que no cesará en el esfuerzo de hacer cualquier mejora a las instalaciones que permita el cumplimiento de los fines.
Comparto con don Alberto su gusto por las mentiras piadosas de Sabina, porque las “comparaciones odiosas” del crítico no se pueden compartir, por inexactas y desproporcionadas.