Opinión

Sinergia entre fe y razón

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Marco Terencio Varrón (116-27 a. C.), llamado por algunos como el más culto de todos los romanos , compartía la concepción estoica de Dios. Para él, Dios era el “alma que a través del movimiento y la razón gobierna el mundo”. Esa alma del mundo no era objeto de culto, de veneración, ni era posible construir una religión en torno a ella. Para los estoicos, la verdad y la religión, la inteligencia racional y el ordenamiento del culto, se hallaban en planos totalmente diferentes. Para Varrón, la religión era, por su esencia, un fenómeno totalmente político: no eran los dioses los que habían creado el Estado, sino que el Estado había creado los dioses. Explicaba lo teológico –en este caso la comprensión y el estudio de lo divino– recurriendo a tres clases de teología: la mítica, la civil y la natural.








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