Aprendimos que el poder legislativo es el primer poder de República, pero hoy las cosas han cambiado y hemos llegado a ver que un órgano de consulta, como fue la Sala Cuarta en su etapa embrionaria, ha adquirido dimensiones gigantescas, al punto que los diversos poderes deben pedir siempre su sacrosanta bendición.
Prácticamente no existe actividad en la que no tenga intervención la Sala Cuarta y sus fallos en ocasiones, a mi criterio, son cuestionables; por ejemplo: si alguien atropella a una persona no está obligada a permanecer en el sitio, pues, "constitucionalmente", se está autoinculpando sin previo juicio, a pesar de ser un hecho evidente.
Por otro lado, los colegios profesionales tratan de velar por la calidad y preparación de sus agremiados, pero la Sala Cuarta le impide al Colegio de Médicos hacer un examen de conocimientos básicos a sus futuros agremiados, para que puedan ejercer la profesión.
Debemos tomar en cuenta que este órgano se basa en la Constitución Política de hace 50 años, que fue adelantada para su época pero, en ciertos aspectos está desactualizada. Por lo tanto, se hace impostergable llamar a una Constituyente, con el fin de adaptarla a nuestros tiempos y limitar el campo de acción y poder que ostenta la Sala Cuarta.
(*) Especialista en medicina interna