El lunes fueron algo recatados en cuanto al salario. "Si eres amistosa y agradable, ganas ¢20.000 semanales". Quizá porque el anuncio clasificado no tuvo efecto y no llegaron las amistosas señoritas, tres días después redoblaron la oferta: "Diviértete seis horas y gánate ¢40.000 semanales".
Se trata de un night club que se atribuye ser "el negocio con las mejores relaciones públicas y la más atractiva clientela" de San José. ¿Por qué aumentaron la paga?
Todo deja ver que la competencia en este mercado es fuerte. Otro "club de extranjeros" ofrece ¢20.000 por día a señoritas de 18 a 25 años para que hagan masajes. No se les pide experiencia previa, sino, simplemente, una "impecable presencia". La empresa suma a los beneficios un "ambiente de lujo internacional" y hasta "viajes".
Al puesto podrá llamársele como quiera. Relacionista pública, anfitriona, masajista, bailarina o lo que sea. Pero al final, todas las que lo acepten terminarán en lo mismo: viviendo de hacer el sexo con desconocidos.
La paga es seductora en estos días de crisis, principalmente para jóvenes de escasos recursos, sin medios para estudiar una carrera universitaria y que desgraciadamente solo tienen la opción de ver la columna de al lado, donde se solicitan empleadas domésticas por pagas que no dan para vivir bien: ¢20.000 ó ¢30.000 por mes por hacer todo tipo de oficio y cuidar a niños o ancianos.
O es que hace un tiempo en Costa Rica el negocio del sexo era más disimulado o es que hasta ahora emergen más indicios de esta gran "industria". Y todo apunta a que son extranjeros, en su mayoría, los que están invirtiendo en ella.
En San José, los "ambientes lujosos" ya no solo están en el centro, sino en barrios residenciales, disfrazados como hoteles, salas de masaje, casinos o clubes de ejecutivos. Adentro, son lo que son: prostíbulos con personal clasificado.