El peligro para la paz y la seguridad internacional por la alianza misilística y nuclear entre la Norcorea y el Oriente Medio, con ramificaciones en Venezuela y Cuba, es mayor que la del eje fascista de 1938, cuando el mundo libre le entregó a Checoslovaquia para apaciguarlo. Ese eje improbable que sumó la Unión Soviética de Stalin a los alemanes, italianos, japoneses y otros aliados que favorecían la idea socialista totalitaria, no acató negociaciones de paz sino que optó por la II Guerra Mundial.
Esos mismos aliados circunstanciales desataron la “Guerra Fría” –o III Guerra Mundial–, causa también de millones de muertos por conflictos locales, guerrillas, terrorismo...
Los apaciguadores de hoy hablan de negociar, dar más ayuda humanitaria a los millones de norcoreanos que mueren de hambre bajo la dictadura, piden comprensión con las amenazas de Irán o de los terroristas financiados por los enemigos de la democracia, como si los agredidos tuviéramos la culpa de la actividad totalitaria y debiésemos pagar rescate por nuestra tranquilidad.
La IV Guerra Mundial parece perfilarse con el primer ataque a las Torres Gemelas de Nueva York (1993) y se agudiza con la prueba nuclear norcoreana del 9 de octubre, lo que da lugar, el día posterior, a la elección de Ban ki-Moon, ministro de Relaciones Exteriores de Corea del Sur, para secretario general de la ONU. Un realineamiento de conveniencia de China –decidida a no ejercer el veto–, reminiscente al de Stalin con los aliados.
Hechos actuales . En realidad, debieran preocupar estos hechos:
Abdul Qadeer Khan, “padre” del programa nuclear pakistaní, transfirió esta tecnología a Norcorea a fines del siglo XX.
Norcorea comienza suministrar a través de Yemen –con ramificaciones a Siria, Egipto y Libia– tecnología misilística y misiles a Pakistán.
Se “descubre” este trasiego al interceptar la Armada española el carguero norcoreano sin bandera So Sang (9/XII/2002) en el mar Arábigo. La Armada estadounidense lo confisca, pero lo deja ir porque transporta “mercancía legal” para un “aliado” –Yemen– en la guerra contra Husein.
Norcorea desarrolla proyectiles Hwasong y Nodong con tecnología “Scud” rusa dada al Yemen por Kader Factory for Developed Industries, consorcio militar egipcio del Cairo.
Norcorea transfiere a Cuba esta tecnología desde la visita (2005) del Mariscal Kim Yong Chun a las nuevas instalaciones de la Unión de Industrias Militares.
Norcorea perfecciona la tecnología con el Taepodong2 –que puede llegar hasta Alaska– y el Taepodong3 –que alcanzaría Houston y Chicago–. El fallo reciente del Taepodong3 de prueba en Norcorea oculta que, por su parte, Pakistán produce el Ghauri, copia mejorada del Taepodong2 .
Los misiles pakistaníes y la tecnología nuclear norcoreana pasaron al régimen teocrático iraní. Irán y Venezuela están firmando convenios de cooperación por miles de millones de dólares desde la visita del presidente Khatami a Caracas (marzo, 2005). Chávez justifica el suministro de tecnología nuclear iraní como una “necesidad” para la producción de energía. Estos son los hechos auténticos. Que el lector juzgue el peligro en que se encuentra.
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