"¡Alerta, ustedes!" Así tituló nuestro preclaro escritor, Fabián Dobles, su artículo publicado en Cultura y Signos (Cátedra de Comunicación y Lenguaje, UCR, 1994). El artículo es un laudatorio del voseo y contiene refrescantes verdades que vale la pena resumir: "...me parece grave corrosión interna (la redacción de un artículo que entremezcla el tuteo con el voseo) demostrativa de que, ... también nos están arrastrando desde fuera a ser y sentirnos al conjugarnos los unos parlandos con los otros, extraños y ajenos a lo que somos y traemos del pasado".
En Costa Rica, "Si no se tratan de 'usted', en relación de confianza entre amigos o cariñosamente lo corriente y normal es tratarse de vos, como de padres a hijos o entre hermanos, a veces, hasta entre desconocidos que al relacionarse se sienten iguales..., porque el voseo es signo que nos identifica y diferencia, por de fuera, en la forma, mas, desde muy adentro, en la sustancia psicológica" (sic, pág. 142). Y dice más: "Existe entre cierta gama de intelectuales de altos pujos y publicistas de altos vuelos una especie de vergüenza generalizada con respecto al idioma que hablamos, particularmente en lo concerniente al voseo,... producto de la ignorancia como nación pequeña de que en otros países y regiones mayores también se vosea y todo el mundo feliz de la vida, pero aquí nadie aparenta saberlo".
Esto sí es coloquial. Quienes hablamos de "vos" desde siempre y queremos demostrar nuestro enfado a las personas que reciben nuestra confianza y cariño, usualmente voseadas, les esquivamos momentáneamente el "vos" y les plantamos un "usted" para evidenciarle nuestro enojo.
Es que el tico, el mismo que exuda orgullo cuando lo identifican por el voseo, que lo vive con las aventuras del Tío Conejo de Carmen Lyra, que lo ríe con algunas dramatizaciones que Anastasio Alfaro escribió allá por 1917, que lo canta en El huellón de la carreta, Caballito nicoyano y el punto guanacasteco, sabe que este tratamiento es tan vernáculo como el "upe", el "diay", el "maje" y el "achará". El Moto, cuya primera edición es de 1900, está lleno de él (sos, sabés, echá, parecés, asomate, traés, mirá, etcétera). Y el propio García Monge lo explicó: "Yo escribí lo visto y lo oído". ¿Y qué me dicen de nuestro Aquileo y sus innumerables "voseadas"?
Sepan esto. "Los usos y costumbres del buen pueblo de Costa Rica,... todo dicho con sus provincialismos, con sus giros antigramaticales pero semejantes a los de algunas regiones de España, todo ello se encuentra en los versos de Echeverría". Pues, señores, esto lo escribió nada menos que Rubén Darío (La Poesía en Costa Rica, Editorial Costa Rica, 1963).
Sí, es que el mejor tico es el que vocea el voseo. Entonces, ¿por qué La Nación no hace un esfuerzo por desterrar el tuteo en su publicidad? En Gramática en Acción aparecen estos anuncios que confunden a nuestros niños: 94.7, que sí sabe expresarse (mis eternas felicitaciones para ellos) pues utiliza con destreza y exclusividad el voseo; luego viene la Coca Cola con su chocante "asocia", "busca", "llámanos", etcétera; después aparece la Dos Pinos con ese "arroz con mango" de "Completa" y "Buscálos"; después ese horroso Sueño Mágico y sus "formes", "ven", "espera", "llenes", "eres" (y, para colmo, "peluches a escoger"); en la última página aparece la muy tica Pipasa diciéndole a nuestros niños: gánate, puedes, recorta, tengas, mételos, etcétera, y, finalmente, el propio texto del suplemento (penúltima página, al calce) dice: "Si usted tiene...".
¿Verdad que tengo razón? En un pequeñísimo suplemento de 16 páginas, dirigido a nuestros hijos, se les vosea, tutea y habla de usted, indistintamente. ¡Después se quejan de que ellos hablan mal!
Bueno, mi parabién para 94.7 y&...; para contrariar a Fernando Diez, preclaro español a quien, igual que a mi esposa peruana, se les respeta el tuteo.