La historia de las Américas es un excelente ejemplo de lo negativo de una sociedad sin libertad de expresión, derecho humano fundamental. En la protección de los derechos humanos en el hemisferio, la defensa de la libre expresión ha adquirido fuerza mayúscula. Con motivo del Día Mundial de la Libertad de Prensa, el mundo entero manifiesta la importancia de seguir protegiendo este derecho, imprescindible para la evolución de las sociedades.
Avances y retrocesos. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos (OEA) creó la Relatoría para la Libertad de Expresión en respuesta a una de sus principales preocupaciones y al requerimiento de distintos sectores de la sociedad civil. Cuando inicié mis funciones en noviembre de 1998, evalué la situación general de la libertad de expresión en el hemisferio. En ese análisis, me referí al gran avance de la libertad de expresión en América en los últimos años, celebrando especialmente el fin de los regímenes dictatoriales y la llegada de gobiernos democráticos, esenciales para el respeto a la libre expresión. Mas, en ese análisis también advertí que "democracia no es solo elecciones. Las elecciones no son un aspecto más de la democracia sino precisamente el instrumento para lograrla. Desgraciadamente, en algunas ocasiones 'elecciones' pasó a asociarse con democracia y así finalizaron los intentos por profundizarla".
La Corte Interamericana de Derechos Humanos se ha pronunciado acerca del carácter fundamental de la libertad de expresión "para que los partidos políticos, los sindicatos, las sociedades científicas y culturales, y en general, quienes deseen influir sobre la colectividad puedan desarrollarse plenamente. Es, en fin, condición para que la comunidad, a la hora de ejercer sus opciones, esté suficientemente informada. Por ende, es posible afirmar que una sociedad que no está plenamente informada no es plenamente libre".
A pesar de algunos esfuerzos y de iniciativas de algunos países de la región, dos años y medio después, considero que la libertad de expresión en las Américas sigue amenazada. En el último informe anual de la Relatoría, recientemente publicado, evalúo de nuevo su estado en las Américas y los métodos más frecuentes para coartarla. Asesinatos, amenazas físicas y psíquicas, intimidaciones y la utilización de la legislación interna para entablar acciones judiciales contra periodistas y medios de comunicación son frecuentes en varios países. El informe expresa además la necesidad de implementar más iniciativas en favor de la libertad de expresión para que las legislaciones internas de los estados miembros de la OEA sean adecuadas a los estándares internacionales de libertad de expresión como la Convención Americana sobre Derechos Humanos y la Declaración de Principios sobre Libertad de Expresión.
Leyes inconvenientes. Una de las principales herramientas para silenciar a la prensa es utilizar las leyes de desacato (más conocidas como leyes "mordaza"), todavía vigentes en la mayoría de los países del hemisferio, y el delito de calumnias e injurias, especialmente en lo penal. En la mayoría de los casos, las leyes de calumnias e injurias en vez de proteger el honor de las personas se utilizan para atacar o silenciar lo que se considera crítico de la administración pública. Lo sostengo en el informe y reitero que, dada la función pública de estas autoridades, no deberían disfrutar de protección mayor a la que goza el ciudadano común. La necesidad de control completo y eficaz del manejo de los asuntos públicos para garantizar una sociedad democrática requiere que las personas que tengan a cargo el manejo cuenten con protección diferente frente a las críticas que tendría cualquier particular que no esté involucrado en asuntos de interés público. La Comisión Interamericana ha manifestado que la aplicación de leyes para proteger el honor de los funcionarios públicos que actúan con carácter oficial les otorga un derecho injustificado a protección de la que no disponen los demás integrantes de la sociedad.
La derogación de las leyes de desacato y la necesidad de que se quiten del ámbito penal las leyes de calumnias e injurias son prioridades para que la región siga avanzando hacia el respeto pleno a la libertad de expresión. Para esto hacen falta más iniciativas de los estados y reformas legislativas que hagan posible el cambio. La región también necesita legislación interna que garantice el derecho de todos los ciudadanos al acceso a la información en poder del estado para asegurar la transparencia en la gestión de gobierno.
Voluntad e independencia. Se necesita voluntad política de los gobiernos de proteger la libertad de expresión, de establecer una legislación adecuada y de propender al fortalecimiento de un Poder Judicial independiente y eficaz, que garantice el pleno ejercicio de este derecho. Igual, la pobreza y marginación social en que viven amplios sectores de la sociedad afectan el derecho de libertad de expresión de esos ciudadanos, debido a que sus voces se encuentran postergadas y fuera del debate público.
Después de dos años y medio como Relator Especial para la Libertad de Expresión, reitero que el fortalecimiento de los procesos democráticos requiere una práctica plena y libre, sin restricción, de la libertad de expresión por parte de todos los sectores de la sociedad. Este derecho tiene un papel fundamental en la consolidación de las democracias de las Américas, ya que es indispensable para la educación y la formación de opinión pública de los pueblos.
(*) Relator Especial para la Libertad de Expresión de la OEA