Opinión

Justificar lo injustificable

Presidente desmorona creencias

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Yo creía que vivía en un país pacífico, que el presidente de Costa Rica, como los demás costarricenses, sentía un deber histórico de apostar por la paz y que comprendía que la guerra no es nunca la salida. Pareciera que todas estas creencias no eran más que eso. Hoy, el Presidente, aunque no abiertamente, justifica la guerra. Esto resulta sorprendente pues nunca hay razón para una guerra, y menos cuando las pruebas son tan cuestionadas, cuando la ONU no apoya la iniciativa y cuando la aparente razón (la posesión de armas de destrucción masiva) no es una característica particular de Iraq. La modalidad de guerra preventiva atenta contra todo principio de derecho, se olvida de la presunción de inocencia, se olvida de que no se puede ser culpable antes de cometer el crimen.








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