Hong Kong (HK) es una de las dos regiones administrativas especiales de China, donde se aplica el modelo administrativo conocido como un país, dos sistemas. Dicho sistema lo introdujo Deng Xiaoping, para aplicarlo a la reunificación con Taiwán, Hong Kong y Macao, y consiste en mantener un sistema económico capitalista bajo la soberanía de un país de ideología oficial comunista. Además del sistema económico, tanto Macao como Hong Kong mantienen un sistema aduanero, administrativo y judicial independiente.
La declaración chino-británica de 1984, firmada por Margaret Thatcher, acordó que, en virtud de la política de un país, dos sistemas no se aplicaría en HK el sistema económico socialista chino; HK mantendría el estilo de vida capitalista, hasta el 2047. El partido comunista chino no alteraría la ley básica de HK y este continuaría la posición de puerto libre, centro internacional de comercio y finanzas; además, conservaría el libre tránsito de navegación, pero no tendría autonomía en las relaciones exteriores y en defensa.
Éxito económico. Mi apreciación personal de HK durante mi año sabático en la City University of HK, investigando para la primera parte de mi libro, es que el éxito económico lo debe a las aptitudes de su gente, a la tenacidad de una sociedad trabajadora imparable, a la implementación de políticas adecuadas.
Cualquier sociedad con iniciativa, habilidad para detectar y aprovechar oportunidades económicas, las cuales están difundidas en la población que es china en un 98%, y que está empeñada en hacer dinero, día y noche, no puede fracasar. Se produce un libre comercio en ambas direcciones; irrestricto movimiento de capitales hacia el país y desde el país, una mínima intromisión del Gobierno en la actividad comercial, incluyendo la negativa de conceder privilegios a intereses sectoriales. No existen barreras especiales a la inversión extranjera, y no se insiste en la participación local en la propiedad de las empresas extranjeras. Existe un servicio de transporte y telecomunicaciones excelentes, así como otras instalaciones infraestructurales.
Observé la irrestricta libertad de expresión. El principal periódico matutino South China Morning Post publica constantemente duras críticas al régimen comunista chino y a sus dirigentes. La gente no tiene temor de hacer protestas pacíficas a un proyecto de ley antisubversión que, según muchos habitantes de HK, erosionaría la libertad de prensa, de religión y de asociación consagradas en el artículo 23 de la ley básica. Esto llevó a la calle a medio millón de personas en una manifestación celebrada el 1.° de julio del 2003, protesta que fue considerada la más grande, donde se expresó el malestar contra Tung Chee Hwa, quien renunció en marzo del 2005. Donald Tsang completó el período de Tung y fue reelegido en abril del 2007, hasta junio del 2012, como jefe ejecutivo de HK.
Rezagos y retos. HK no ha tenido éxito en industrias de alta tecnología y ha quedado rezagado en contraste con los tres dragones: Corea del Sur, Taiwán y Singapur; pero sí ha establecido un estrecho vínculo con la exitosa industria del sur de China, lo cual promete grandes beneficios en un cercano futuro.
HK busca mantenerse como la metrópolis cosmopolita y evita convertirse en otra fábrica global de China. Sin embargo, la contaminación generada por las industrias en el delta del río Perlas amenaza el atractivo de HK como gran centro financiero internacional; 63.000 empresas procedentes de HK fabrican en la fronteriza región de Guangdong y emplean a más de 11 millones de personas, lo cual provoca una frustración de los hongkoneses por el alto desempleo, y se incrementa así la distancia entre ricos y pobres.