Hoy, ni el abultado déficit fiscal ni las exportaciones ni el ingreso de turistas constituyen los guarismos nacionales: las cifras de las que todo el mundo habla. Ni la inflación, que últimamente parece fuera de control (ver Editorial), puede considerarse el guarismo nacional.
Ni siquiera las transferencias que varios corruptos empresarios hicieron a sendos corruptos funcionarios año tras año, desde quién sabe cuándo, califican como tales. Hoy, conforman los “guarismos nacionales” la tabla de resultados de la Selección Nacional en la segunda fase clasificatoria hacia el Mundial Alemania 2006.
El sábado, la Selección nos obsequió un espectáculo, acompañado de un esplendoroso cinco a cero, que necesitábamos urgentemente; Dios guarde un guarismo a la inversa. Con el gane a Guatemala, la Selección acumuló 6 puntos en la tabla de posiciones; igual cantidad que Honduras y a uno solo de los chapines. Cuando faltan solo dos partidos para concluir esta fase (uno contra Canadá el miércoles y otro con Honduras más adelante), la clasificación depende exclusivamente de lo que haga la Selección. Si ganamos los próximos dos partidos, se avanza a la siguiente etapa; aun probablemente avancemos si ganamos en Canadá, aunque empatemos en Honduras. (Guatemala requeriría golear a Canadá por más de 6 goles para clasificar (ver análisis completo de Gustavo Jiménez hoy en PuroDeporte). La clasificación está en nuestras manos (En realidad, depende de los pies de los jugadores).
Asimismo, salir del atolladero político también está en nuestras manos, aunque sean la Fiscalía, el Congreso y, en última instancia, los tribunales de justicia los que determinarán si el país avanza a la siguiente fase: la de la reconstrucción institucional.
En el deporte no hay ni buenos ni malos, aunque nos apasione nuestra Sele. En la limpieza política sí los hay, y, a la fecha, gracias a don Francisco Dall’Anese y a su equipo, van ganando los buenos, por mucho más que cinco a cero.