Este 26 de agosto, la Universidad de Costa Rica (UCR) celebra 85 años de existencia. No se trata solo de una efeméride académica: es la conmemoración de la fundación de una de las instituciones más trascendentes en la historia de nuestro país. La UCR ha sido un pilar en la construcción de la democracia costarricense, una fuerza fundamental en el desarrollo económico y social, y un bastión en la defensa de nuestro Estado social de derecho.
A lo largo de estas décadas, la Universidad de Costa Rica ha cumplido con su misión esencial y con su razón constitucional: ser una institución de cultura superior, en la que prima la búsqueda de la verdad y del conocimiento. Ese conocimiento no se queda encerrado en la academia, sino que se comparte y se proyecta: se transmite al estudiantado mediante una docencia de excelencia que forma profesionales íntegros y comprometidos; se enriquece a través de la investigación que busca comprender los desafíos de nuestro tiempo y aportar soluciones innovadoras, y se entrega a la sociedad mediante la acción social, que convierte el saber en servicio y en transformación.
De esta manera, la UCR ha sido garantía de oportunidades de educación superior pública de calidad y, al mismo tiempo, generadora de conocimiento que se convierte en valor social, cultural y económico para todo el país. Cada persona egresada y cada proyecto desarrollado desde la UCR representan valor añadido para la nación: desde la salud pública hasta la cultura, desde la innovación tecnológica hasta la justicia social, la Universidad ha estado presente en todos los rincones donde el país la ha necesitado.
Pero más allá de los logros del pasado, este aniversario debe invitarnos a reflexionar sobre los retos del presente y del futuro. El avance científico y tecnológico, y particularmente el desarrollo acelerado de la inteligencia artificial, nos colocan ante escenarios inéditos que transformarán la economía, el trabajo y la vida misma. En este contexto, la Universidad de Costa Rica tiene la responsabilidad de liderar estos procesos, no solo desde la excelencia académica, sino también desde una perspectiva humanista que asegure que todo conocimiento esté orientado a servir al ser humano, a dignificarlo y nunca a despojarlo de su esencia.
Del mismo modo, la UCR debe continuar siendo un espacio de encuentro democrático. En tiempos marcados por la polarización y la intolerancia, la Universidad tiene la obligación de ser un faro que ilumine con pensamiento crítico, diálogo respetuoso y construcción colectiva de soluciones. Defender la pluralidad de ideas y el disenso respetuoso no es solo parte de nuestra tradición universitaria, es una contribución indispensable al fortalecimiento de la democracia costarricense.
El 85.° aniversario no es únicamente una celebración: es una oportunidad para renovar nuestro compromiso. La Universidad de Costa Rica seguirá siendo un motor de oportunidades, un generador de conocimiento y un agente de transformación social. Pero, sobre todo, seguirá siendo lo que siempre ha sido: una institución al servicio de Costa Rica, con la mirada puesta en el futuro y con la convicción de que la educación superior pública es una de las mayores garantías de libertad, equidad y democracia para nuestro pueblo.
Carlos Araya Leandro es el rector de la Universidad de Costa Rica (UCR).