Se marchó el pilar más alto y fundador de la Cirugía Infantil Costarricense: falleció el Dr. Roberto Ortiz Brenes. Nació y creció en algún lugar de esta bella tierra. Después de 11 años de escuela y colegio estudió Medicina en la ciudad de México, especializándose finalmente en Cirugía Pedriática (de Tórax en especial). En los Estados Unidos terminaba yo mi especialidad en Otorrino alrededor del año 1966 cuando nos encontramos en París. Me ofreció entonces un puesto como especialista en el Hospital Nacional de Niños. Posteriormente tuve la suerte de trabajar con él en ese nosocomio por más de veinte años.
Como jefe del Departamento de Cirugía en el Hospital, era riguroso, meticuloso, ordenado y puntual. No permitía desórdenes ni llegadas tardías de sus subalternos y me hacía gracia oírle algunas de sus frases típicas como, para decir inútil a alguien: “no sea piapio”.
Era un hombre excepcional, siempre buscando como mejorar las cosas al máximo. Dotado de un gran arte quirúrgico y de una perseverancia poco común fue prácticamente el fundador de la Unidad de Cuidados Intensivos y nunca cesó el empeño de realizar su sueño “El Parque de Diversiones”, obra para la cuál trabajó arduamente durante varios años.
Fungió como director de la CCSS y ahí se esforzó al máximo para mejorar los servicios en todos los centros hospitalarios del país. Años más tarde presentó un preinfarto, y varios médicos le aconsejamos retirarse de la agobiante labor que realizaba, lo cual hizo paulatinamente, sin dejar por eso de visitar el Hospital casi diariamente. Presentó posteriormente un problema serio de salud, lo cual lo obligó a permanecer en casa, donde lo visité varias veces. El anexo del Hospital Nacional de Niños lleva su nombre, cosa que enorgullece a los que conocimos su causa.
Al buen maestro, excelente cirujano y gran amigo, ¡todo mi respeto y admiración!