Cuando Jane Goodall llegó a Tanzania en 1960 a estudiar chimpancés (Pan troglodytes), se encontró abrumada por la exhuberante belleza de la selva africana. Durante 45 años dedicó incontables horas al seguimiento y estudio de los primates que resultaron en sorprendentes descubrimientos como el uso de herramientas y relaciones sociales complejas, que formaron la base de una conservación sólida sobre el estudio científico continuado.
Gombe se convirtió en Parque Nacional en el año 1968 para garantizar la protección de los chimpancés. Jane Goodall es seguramente la bióloga naturalista más famosa en el mundo y Gombe uno de los parques más escuchados. El Parque recibe visitas de turistas y donantes cada año que apoyan los esfuerzos conservacionistas y que tienen repercusión a nivel mundial.
La Reserva Natural de Wolong fue establecida en 1975 para proteger a los osos panda (Ailuropoda melanoleuca) de China. Los esfuerzos de diversas organizaciones, al igual que en Gombe, resultaron en la publicación de libros y realización de documentales de interés, y convirtieron al panda en un icono de la conservación mundial.
La protección de estas dos famosas áreas no ha sido sencilla ni ajena a presiones. Los chimpancés de Gombe han sobrevivido frente a la extensa deforestación ocurrida en el país, mientras que los que habitaban en los alrededores de Gombe, han desaparecido. En Wolong lamentablemente, los pandas siguen amenazados por la presencia de habitantes y viviendas en expansión dentro de la misma reserva.
Los pandas y los chimpancés son especies emblemáticas en peligro de extinción, merecedoras de la mejor protección. También lo son las baulas ( Dermochelys coriacea ) de Guanacaste.
Región protegida. Las Baulas es un parque pequeño establecido para proteger una de las especies más emblemáticas de Costa Rica, la tortuga baula. Esta región fue protegida para preservar las tortugas al igual que Gombe y Wolong lo fueron para proteger los chimpancés y los pandas, con base a estudios científicos de calidad e importancia.
Sin embargo, Las Baulas y la conservación en Costa Rica, (tan admirada internacionalmente hasta la fecha), se encuentran hoy asediadas por planes políticos que amenazan eliminarlas.
En 1985, G. Schaller escribió en el libro “Los Pandas Gigantes de Wolong”: “Existen muchas razones para salvar una especie –científicas, económicas, culturales, estéticas y éticas–, basadas en la premisa moral de que cada ser tiene derecho a un lugar en la comunidad natural. Al salvar al panda y su hábitat, también aseguramos la existencia de miles de otras plantas y animales que allí habitan”. Y continúa: “El panda es sin embargo, más que un animal, más que mero músculo, hueso, y piel. Es un símbolo –un símbolo de los esfuerzos conservacionistas de China y que merece ser preservado, sin importar la magnitud del problema”. Igualmente, las tortugas baulas son más que músculo y piel. Son un símbolo de la conservación en Costa Rica y merecen ser preservadas ante cualquier problema.
Las especies no son de nadie. Los chimpancés, los pandas y las baulas no pertenecen ni a hombres ni a mujeres, pero es responsabilidad de estos garantizar su supervivencia. ¿Podrá el país mantener el compromiso firmado hace dos décadas y preservar Las Baulas para siempre? ¿Puede el Parque Nacional Las Baulas seguir soñando con ser Gombe? En manos de los dirigentes políticos queda su futuro.