Canadá, Estados Unidos, España, Francia, los Países Bajos, el Reino Unido y la Unión Europea expresamos nuestra enérgica condena a la invasión y agresión militar de la Federación de Rusia contra Ucrania.
Las acciones rusas son inequívocamente actos de una guerra de agresión ilegal e injustificable contra la soberanía, integralidad territorial e independencia de un Estado soberano.
Pero los países firmantes reconocemos que esta guerra no constituye una amenaza exclusiva contra Ucrania, sino contra todos los Estados que, como Costa Rica, confían en el sistema multilateral, en la democracia y en el ejercicio de los derechos humanos como el camino para traer bienestar y progreso a sus ciudadanos.
En este conflicto peligran los valores del sistema internacional: las libertades fundamentales como base de la sociedad, la renuncia al uso de la fuerza, el uso del diálogo para resolver conflictos y el respeto por la integridad territorial de cada Estado.
Las fuerzas armadas rusas han atacado deliberada e indiscriminadamente a la población civil, incluyendo a mujeres y niños. Han atacado escuelas, hospitales, zonas residenciales y centrales nucleares.
Con sus acciones, Rusia ha causado la muerte de miles de personas inocentes y ha infligido un sufrimiento inimaginable a millones de ucranianos. Existen reportes creíbles del uso de armas prohibidas, entre estas, municiones de racimo, y el asedio de ciudades con el fin de aumentar la pérdida de vidas inocentes.
También, es responsable del desplazamiento forzado de unos 10 millones de personas. Despreciando la paz, Putin ha amenazado con el uso de armas nucleares a países que alzan la voz por la libertad y la justicia.
Estas acciones son detestables y constituyen violaciones serias y flagrantes del derecho internacional. Resulta imposible guardar silencio y mantenerse indiferente ante tal amenaza a la paz y a la seguridad internacionales.
Vivimos un momento decisivo. Ante la violencia, tenemos la convicción de que unidos somos más fuertes. Putin apostó por dividirnos. Sin embargo, en circunstancias extraordinarias, nuestros países han actuado de forma firme y ágil para defender los principios democráticos, para fortalecer el multilateralismo, la cooperación y la confianza mutua.
En una coordinación sin precedentes, decenas de países hemos adoptado sanciones contra oficiales y oligarcas rusos; hemos removido a ciertos bancos rusos del sistema bancario Swift y nos comprometimos a reducir la dependencia de combustibles de origen ruso.
Los países firmantes tampoco hemos escatimado esfuerzos para apoyar a Ucrania por medio de cooperación económica, política y militar. Hemos abierto las puertas a refugiados y se han puesto en marcha programas humanitarios.
Sin embargo, nuestra respuesta debe trascender las acciones inmediatas. Debemos asegurarnos de que se establezca la responsabilidad por las violaciones de derechos humanos y posibles crímenes de lesa humanidad. Las personas responsables deben ser traídas ante la justicia y las víctimas y sus familias deben ser apoyadas.
También, hemos sido testigos del uso de la desinformación por la inteligencia rusa. Por eso, es necesario trabajar por la inclusión digital y por robustecer el rol de una prensa libre e independiente.
Expresamos nuestra profunda solidaridad al pueblo de Ucrania. Su compromiso con la democracia y su anhelo de libertad son inspiradores. También, reconocemos el valiente esfuerzo de los manifestantes en Rusia, quienes se han volcado a las calles para denunciar la injusticia de este conflicto.
Saludamos la posición de Costa Rica, su firme rechazo a la invasión a Ucrania y su vocación pacifista. Celebramos su apoyo decisivo a las resoluciones para denunciar la agresión rusa en las Naciones Unidas y la Organización de los Estados Americanos.
Asimismo, seguimos con mucho interés el desarrollo de la Cumbre de la Alianza para el Desarrollo en Democracia como una iniciativa valiosa para promover la gobernanza democrática en Centroamérica. Encontraremos oportunidades para colaborar con los países de la Alianza (Costa Rica, Panamá y la República Dominicana) en las iniciativas.
Llamamos a desescalar este conflicto y cesar los ataques contra civiles inocentes. Instamos a Rusia a detener esta guerra y a poner un alto a la pérdida absurda de vidas. Hacemos un llamado a la paz y a encontrar a través de la diplomacia y la negociación salidas viables a una situación que desangra al mundo entero.
Es momento de dar un paso al frente. Es posible emerger de este conflicto con la determinación de construir y tomar todas las acciones necesarias para que la libertad, la democracia y la dignidad prevalezcan. Los países firmantes continuaremos persiguiendo este sueño común con renovado vigor.
Elizabeth Williams, embajadora de Canadá en Costa Rica y Honduras y embajadora designada en Nicaragua
Cynthia A. Telles, embajadora de los Estados Unidos.
Cristina Pérez Gutiérrez, embajadora de España.
Philippe Vinogradoff, embajador de Francia.
Christine Pirenne, embajadora del Reino de los Países Bajos en Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua
Ben Lyster-Binns, embajador del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte para Costa Rica y Nicaragua
María Antonia Calvo Puerta, embajadora de la Unión Europea.