Desde hace varios años, China sorprende al mundo al mostrar tasas de crecimiento impresionantes en su producción. En promedio, para los últimos tres años, la tasa de crecimiento del país supera el 9,0%. El crecimiento que se inició con ventas al exterior, hoy encuentra un apoyo adicional con la bonanza de su mercado interno.
Tanto para los bienes de exportación como para los de consumo interno, los orientales demandan materias primas.
Sus compras sirven a muchos otros países pues estimulan las exportaciones hacia China y dentro de estos se destacan varias naciones latinoamericanas.
Un reciente estudio de la prestigiosa revista financiera Barron's da cuenta del peso que tiene China en las compras internacionales de materias primas.
Por ejemplo, este país consume el 53,2% del cemento que produce el mundo, el 47,7% del acero y el 46,9% del carbón.
Si estas cifras no le convencen, déjeme contarle que por cada 100 cerdos que van a parar a las mesas de los comensales del mundo, 46 de estos terminan en las mesas chinas. Los chinos consumen un 41,3% del zinc y el 38,9% del cobre.
Las gallinas se afanan por satisfacer la demanda china pues por cada 100 huevos que ponen 37 van para ese país.
Esto lo acompañan con el 28,1% del arroz del mundo, el 24,6% de la soya y el 16,6% del trigo mundial. Casi un 16% de la carne de pollo que produce el planeta termina en bocas chinas.
No es gratuita, por lo tanto, la preocupación que se presenta por los brotes de inflación en aquel país pues el Banco Central chino ha tomado la determinación de aumentar las tasas de interés para combatir ese problema.
Este cambio en las tasas podría impactar el consumo y con ello disminuir las ventas externas hacia esa nación desde países del área.
Mientras tanto, China se dirige en el 2020 a constituirse como la primera economía del mundo, pues no hay ninguna duda de que hoy es el motor económico del orbe.