
“No tiene nada de malo” enviar funcionarios de la Promotora de Comercio Exterior de Costa Rica (Procomer) a Taiwán, respondió el ministro de Comex, Manuel Tovar, ante los cuestionamientos de la diputada Johana Obando en la Asamblea Legislativa al respecto de la visita de funcionarios de esa entidad pública a la isla. Tovar, además, indicó que Procomer es una entidad pública no estatal, que no es parte del engranaje del Estado y, sin embargo, reconoció que él como ministro de Comercio Exterior, es miembro de su Junta Directiva (el presidente, para ser preciso).
Sobre este deslucido intercambio, quisiera aportar algunas reflexiones, informadas desde mi experiencia de más de dos décadas en ambos lados del estrecho de Formosa, como exdiplomático costarricense y además, como exdirector regional al frente de las operaciones de Procomer en Asia, basado en China durante casi 13 años.
Primero, es importante subrayar que el establecimiento de relaciones diplomáticas con la República Popular China en el año 2007 fue, sin duda, un acto de realismo político. Ya desde 1971, la Asamblea General de las Naciones Unidas había reconocido al Gobierno de la República Popular China como el único representante legítimo de China ante ese foro.
Segundo, el “problema de Taiwán” es probablemente el tema más crítico y delicado para la República Popular, que, al negociar el establecimiento de relaciones diplomáticas con cualquier Estado, incluye una cláusula de reconocimiento absoluto de su política de “una sola China”.
A pesar de esto, en el Memorando de Entendimiento entre Costa Rica y China para el establecimiento de relaciones diplomáticas, se indica claramente en el párrafo dos del punto II, que “el Gobierno de la República Popular China se compromete a no poner objeción al mantenimiento de relaciones económicas, comerciales, científicas, tecnológicas, educacionales y culturales, de carácter no oficial, por parte de la República de Costa Rica con Taiwán”.
Desde esta perspectiva, y si Procomer solamente envió funcionarios a una misión comercial a Taiwán para atraer inversión extranjera directa, pareciera que el ministro Tovar lleva razón.
Los acuerdos bilaterales reservan ese derecho para Costa Rica, pues una visita de Procomer, con objetivos de promoción comercial y de inversión, puede entenderse claramente dentro de ese marco. De hecho, gran cantidad de países que mantienen relaciones diplomáticas con China, también mantienen oficinas de intereses económicos y comerciales en Taipéi, siendo que, entre otras cosas, en el marco de la OMC, Taiwán es considerado un territorio aduanero distinto a la República Popular China.
Estados Unidos, Canadá, Francia, Gran Bretaña, Alemania, España, Emiratos Árabes –por citar unos pocos de una extensa lista de países– no solo envían misiones comerciales a Taiwán, sino que mantienen oficinas comerciales, económicas y culturales en ese territorio, lideradas en ocasiones por instituciones homólogas de Procomer.
Dicho lo anterior, lo que más llama la atención es la limitada interacción de Comex con la República Popular China. De hecho, me atrevería a decir que los intercambios de alto nivel con la segunda economía más importante del mundo, con la cual tenemos un Tratado de Libre Comercio y múltiples acuerdos económicos, de inversión y cooperación, están, en mi opinión, en su punto más bajo desde su inicio.
Esta situación de distanciamiento con China ha sido especialmente evidente con Comex. Hasta el momento, y hasta donde tengo conocimiento, el ministro Tovar no ha visitado China en una sola ocasión desde que asumió funciones, lo que lo convierte en el primer ministro de Comercio Exterior de Costa Rica desde el establecimiento de las relaciones diplomáticas con China que no ha visitado oficialmente esa gran potencia económica y comercial (exceptuando a Andrés Valenciano en periodo de pandemia).
Cabe preguntarse a qué se debe la posición distante de Comex, cuando durante las últimas administraciones ha sido probablemente el Ministerio que más interés tiene de acercarse a China. La impresión que queda es que las relaciones comerciales y de inversión con China han pasado, si acaso, a un tercer plano. El mensaje que envían estas informaciones de visitas de Procomer a Taiwán (a pesar de su aparente inocuidad) es que Costa Rica tiene más interés en acercarse a Taiwán en materia comercial y de inversión, que a la República Popular China.
En definitiva, si bien la visita de Procomer a Taiwán podría enmarcarse perfectamente en los acuerdos bilaterales, el mensaje subyacente es más preocupante. El distanciamiento de Comex con China contrasta fuertemente con el interés histórico de Costa Rica por consolidar su relación con esa potencia.
El verdadero desafío, en mi criterio, radica en definir una estrategia coherente, que maximice nuestros intereses económicos y comerciales en el mundo, sin descuidar la complejidad de nuestras relaciones bilaterales más importantes. Finalmente, más allá de cualquier control político en Asamblea, le tocará a China realizar las consultas del caso y buscar aclaraciones, si es que lo considera oportuno.
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José Pablo Rodríguez es experto en Comercio Internacional y Relaciones Gubernamentales. Actualmente, es árbitro y mediador en la Comisión de Arbitraje Económico y Comercial de Shanghái y en la Corte Internacional de Arbitraje Comercial de Shenzhen.