
Como demuestra la historia, los pueblos y las ciudades mejor conectados son los más prósperos. El progreso humano se asocia con infraestructuras facilitadoras del intercambio comercial, puesto que las carreteras son un factor clave para asegurar el atractivo y la competitividad de un país y sus sistemas de producción local.
Estas cumplen plenamente el papel de instrumento para el desarrollo, y no son un objetivo en sí mismas. Parte esencial de la capacidad de un territorio para atraer inversión se encuentra determinada por la accesibilidad vial. Tanto personas como mercancías requieren un flujo constante de entradas y salidas desde las localidades hacia puertos y aeropuertos, y viceversa. Esta dinámica se traduce en tiempos y costos que se suman a los factores de producción que miden la competitividad de un país, de una zona productiva y de una empresa.
Por tanto, la inversión en infraestructura que garantice la accesibilidad, la fluidez de los movimientos, la calidad, el mantenimiento y la seguridad permitirá a las empresas reducir sus costos y fomentar la innovación, y, consecuentemente, aumentar la productividad.
De acuerdo con el índice de competitividad global del Foro Económico Mundial, Costa Rica ocupa la posición 103 de 141 países en conectividad vial y la posición 117 en calidad de infraestructura vial, por lo que desde la óptica internacional estamos mal.
Los ránquines son liderados por países del este asiático y Europa. México (posición 40), Chile (50) y Panamá (57) son parte de los 10 que se encuentran mejor que Costa Rica en América Latina.
La situación es igual incluso en nuestros territorios, de acuerdo con el índice de competitividad nacional publicado por el Consejo para la Promoción de la Competitividad, que, entre otros, midió el estado de la infraestructura de 82 cantones mediante algunos indicadores esenciales vinculados a la calidad vial y la interconexión.
Según datos del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT), la red cantonal representa el 82% de las carreteras y sus más de 36.000 kilómetros son la base para analizar el estado de estas en el país.
De los datos analizados se concluye que el 62% de la red vial cantonal está en condición regular o peor, y un 26% está en condición mala o pésima. Lo mismo pasa con los puentes. El 70% de estos están en condición regular o inferior, de los cuales un 30% está en condiciones alarmantes o son sumamente deficientes.
Con respecto al año previo, ocurrió un descenso en el porcentaje de kilómetros de carretera en excelente estado y un aumento en la categoría de “estado regular”. El deterioro fue particularmente grave en 21 cantones, en los que la media de superficie de ruedo en buen o excelente estado disminuyó en más de un 10%, según el reporte que hacen las Municipalidades a la Contraloría General de la República.
Santa Cruz, Limón, Acosta y Upala sufren mayor deterioro, aunque, por supuesto, hay otros cantones donde el estado de la red vial es mejor, por ejemplo, en San Pablo, Heredia, Flores, Santa Bárbara, Montes de Oca, La Unión y Curridabat el 90% de la red vial se conserva en buen estado.
El informe evidenció también una gran relación entre la situación de las carreteras y la competitividad: mientras el 78% de la superficie de ruedo se encuentra en buen estado en los 12 cantones con desempeño altamente competitivo, el porcentaje se reduce a menos de la mitad para los seis cantones con un desempeño deficiente.
Esta situación requeriría más recursos dedicados a cambiar las condiciones de la red vial en los cantones con carreteras en peor estado; sin embargo, la inversión media por kilómetro es también más baja en ese grupo: donde imperan bajos niveles de competitividad invierten menos presupuesto por kilómetro (¢2,6 millones) que en los más competitivos (¢3,5 millones), y estos últimos fiscalizan la ejecución de la calidad de las obras en mayor medida, aunque cabe tener presente que las dimensiones de las carreteras son también distintas: Montes de Oca, por ejemplo, debe velar por 114 kilómetros, pero Los Chiles debe invertir recursos en 770 kilómetros.
La red vial cantonal es fundamental para el desarrollo y el crecimiento económico y social de los habitantes, porque es el único medio que posibilita el transporte de personas y mercancías. Podemos hacer todos los esfuerzos posibles por incrementar las oportunidades de acceso a los mercados internacionales, pero si no existen carreteras que posibiliten trasladar de manera competitiva a las personas y mercancías, tales esfuerzos quedan reducidos a unas pocas empresas que son capaces de absorber o compensar los costos extra con otros factores.
La autora es presidenta del Consejo para la Promoción de la Competitividad.