
Empezaba 1987 cuando, como estudiante de la UCR, tuve el privilegio de conocer a la catedrática Marina Volio Brenes, profesora de los cursos de Historia de la Cultura, en la Escuela de Estudios Generales, e Historia de las Instituciones, en la Escuela de Historia.
Durante casi 25 años, fui su asistente en dichos cursos y participé en las investigaciones históricas que realizó en torno a la creación del Estado (liberal) de derecho en Costa Rica. Tal participación despertó y reforzó mi interés porel estudio de temas de interés histórico para Costa Rica.
En mi criterio, dentro de su producción académica, destacan dos investigaciones que merecen una reflexión particular por su importancia para comprender el surgimiento, en Costa Rica, del Estado como organización política soberana y representativa.
Costa Rica en las Cortes de Cádiz, investigación publicada en 1980, se elaboró a partir del análisis de las actas de las sesiones celebradas por las Cortes Generales y Extraordinarias instaladas en Cádiz en 1810, así como de la participación de nuestro primer diputado constituyente, Florencio del Castillo, en representación de la entonces provincia de Costa Rica. La autora complementó este estudio con los escasos trabajos existentes en ese momento sobre el legado de dichas cortes para la realidad latinoamericana.
Desde el punto de vista de la dogmática jurídica, la obra se apoyó en los debates sostenidos durante las innumerables sesiones del Congreso Constituyente de Cádiz, analizados bajo la óptica de la defensa de los derechos humanos y de la representación nacional. Estos debates constituyeron los primeros pilares sobre los cuales se asentaba la formación del nuevo Estado español y de sus provincias ultramarinas, en su tránsito hacia la modernidad política.
Nuestro diputado, Florencio del Castillo, se destacó como el principal orador al evidenciar la profunda desigualdad existente entre los españoles peninsulares, los criollos y las castas americanas, y al señalar el papel que debían asumir las Cortes Constituyentes para corregir estas asimetrías, en favor de una mayor representación y participación política. Los derechos de representación y participación fueron debatidos en el contexto de la compleja realidad que vivían España y América, marcada por la presencia de las tropas francesas en territorio peninsular.
El principal aporte de la investigación histórico-jurídica realizada por Volio radica en que, por primera vez en España y, en consecuencia, en Costa Rica, la obra desarrollada por las Cortes de Cádiz es interpretada desde una perspectiva de defensa de los derechos humanos, mediante una metodología de hermenéutica y exégesis jurídica. Esta aproximación constituye uno de los antecedentes que caracterizan el moderno Estado de derecho.
La creación del Estado Liberal de Derecho en Costa Rica (aún inédita) es, sin lugar a dudas, su investigación más valiosa para comprender el nacimiento de Costa Rica como Estado independiente y soberano, a partir de la promulgación del Decreto V del 23 de setiembre de 1824.
En la introducción de esta obra, la autora plantea la siguiente interrogante: “¿Cómo ha logrado Costa Rica desarrollar un sistema democrático en un contexto centroamericano caracterizado por la represión militarista, el autoritarismo y la violación constante de los derechos humanos?”.
Esta pregunta, recurrente entre investigadores y científicos sociales, filósofos, literatos, politólogos y juristas, conduce a Volio a analizar la construcción de un Estado nacional soberano bajo los lineamientos de un modelo liberal de derecho. Se trata de un modelo institucional basado en la representatividad de la soberanía popular a través de sus órganos fundamentales –la Asamblea Legislativa, el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial– y en el reconocimiento de los derechos y libertades fundamentales del individuo, como la libertad, la igualdad, el derecho a rebelarse frente a la ley injusta, la seguridad, la propiedad, la libertad de cultos y la eliminación de los estamentos y fueros de privilegio heredados de la sociedad colonial.
Todo ello configura un Estado fuertemente unificado, en el que la sociedad civil se identifica con la sociedad políticamente organizada, bajo un modelo político civilista que la autora denomina “agustiniano”, en honor a su principal ideólogo, el licenciado Agustín Gutiérrez de Lizaurzábal.
Con base en una metodología crítico-analítica y en una nueva lectura de los documentos primarios disponibles, así como de aquellos que fueron apareciendo durante el desarrollo de la investigación, Volio logró ubicar el nacimiento del Estado costarricense en un espacio y un tiempo concretos, como resultado de un proceso de estructuración jurídico-política que se cristalizó en 1824. Este proceso fue producto del trabajo de la Comisión de Constitución y Legislación del primer Congreso Constituyente, bajo la presidencia y el liderazgo de Gutiérrez de Lizaurzábal.
Hoy, el Estado de derecho no es una obra acabada ni perfecta: afronta embates y ataques constantes. Como toda construcción humana, es perfectible y posee la capacidad de adaptarse a nuevas necesidades sociales y exigencias políticas.
Valga esta oportunidad para rendir un homenaje póstumo a doña Marina, a poco más de un año de su partida. Su paso por las aulas universitarias despertó y avivó en muchos de sus estudiantes un profundo amor por la historia de Costa Rica, y legó dos obras pioneras para comprender los desafíos del presente.
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Jorge Fabio Sibaja Rodríguez es estudiante de Historia en la UCR.