Un ametrallado en un taxi. Un ciudadano ejecutado por una moto en media calle. Una viejita a la que le arrebatan un bolso al ir a comprar unas medicinas.
Las mujeres viven en zozobra al salir de noche a realizar alguna gestión en el barrio. La droga toca y ensucia las almas de nuestros alumnos. ¿Cómo darle un regreso sano al ambiente de nuestro barrios? Nos hemos convertido en calles de asesinatos, ¿cuál es la nueva posibilidad de la política social?
América Latina tiene valores y potenciales en materia familiar, que hoy son de gran importancia para los jóvenes y para la tercera edad.
Los estudios sobre este tema se han realizado también en México, en dos universidades de prestigio: la Universidad Autónoma de México y el Tecnológico de Monterrey, hace más de cinco años.
Ante la grave crisis vivida en España con el mundo joven, por falta de trabajo y preparación, un reciente informe ha mostrado que “La familia –padre, madre e hijos–, y también la extensa –tíos, abuelos– necesita un reconocimiento y respaldo claros, pues de su existencia y gratuidad en las transferencias dependen muchas cosas en el futuro: la primera de ellas, el cuidado de niños y mayores; la segunda, la sostenibilidad económica subsidiaria de cada individuo, que no depende solo de papá Estado; la tercera, la salud física y mental del menor”.
Hace muy pocos días, en Ginebra, la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas aprobó una resolución que añade a estos conceptos modernos lo siguiente:
“Apoyar a la institución familiar tiene efectos positivos en la promoción de los derechos de las personas con discapacidad, la disminución de las tasas de abandono escolar, la promoción de la mujer y su igualdad con el hombre, o la protección contra la violencia o el trabajo infantil”.
¿Dónde apoyarse? Dos motores existen en América Latina y el Caribe. Son propulsores, de la aceleración del cambio, que se encuentran muchas veces en abandono. Uno es la formulación de un apoyo más enérgico al proceso educativo, en donde no basta con solo la acción estatal. La sociedad debe entender que educar es un asunto de todos. Gratuidad no es libre mercado, es corresponsabilidad. El otro propulsor es el de las familias.
Los dos gestores, sociedad y familia, están presentes en América Latina y el Caribe en alto o bajo grado de desarrollo. Dependen del país y de la circunstancia del desarrollo local.
Los dos pueden crecer. Según recientes estudios, en nuestro país tenemos la situación de nuestra frontera norte y la costa Atlántica, en donde el Informe Estado de la Nación ha resaltado, en un mapa y estudio correspondiente, una alarma en el campo educativo, que detecta el bajo apoyo que existe desde la familia al joven en proceso formativo. Más virtudes y valores podría ser una de las respuestas, pero jamás la única.
También en el área central del país este abandono por parte de la familia se encuentra en algunos colegios, y grandes barriadas necesitan una mayor tutoría personal, especialmente en temas de matemáticas, que no son los únicos, para que no abandonen el sistema educativo.
Nuevo dinamismo. La política familiar es un novedoso aporte a una política social más solidaria, que llega más a lo profundo de la sociedad.
Austria ha logrado por medio de su pacto social, entre empresarios, sindicatos y gobierno, establecer una estructura política de diálogo social, sólido, que ha llegado a sobrevivir hasta la presente época.
Francia siempre ha logrado, desde la Segunda Guerra Mundial, tener un crecimiento de los integrantes de las familias, a pesar de los negativos proyectos de ley aprobados por varios diputados que han dado fuertes golpes a esta célula básica. La voz de las familias tiene peso político en la vida diaria, se manifiesta y se hace sentir, aunque los grandes partidos no la quieren escuchar.
Alemania ha tenido un permanente debate sobre leyes que apoyan a las familias con sus hijos, por medio de incentivos financieros y facilidades para la educación de los niños.
España ha visto disminuido su crecimiento demográfico, lo cual afecta todos los sectores sociales con un fuerte envejecimiento.
El gran acueducto. América Latina cuenta desde la familia con una gran fuerza aún no utilizada en materia de política social. La familia pareciera ser un gran acueducto que produce verdor y nuevos vientos de esperanza.
Es la institución que puede, debidamente preparada, nutrir y refrescar el ambiente de la violencia y asesinados en la sociedad de nuestros días. Es el retén de la droga y fuente del rejuvenecimiento de nuestra sociedad.
La familia es también el potencial necesario en las nuevas iniciativas de combate a la pobreza y los esfuerzos público-privados en la renovación educativa.
Un aspecto fundamental de este nuevo acercamiento es, por ejemplo, lo que están haciendo las familias numerosas en Europa. Ellas promueven sus iniciativas privadas de política de apoyo para la familia en educación, consumo, vacaciones, ahorro, sistemas de seguro y atención médica en un esfuerzo que se multiplica en las 27 naciones de la Unión Europea.
Son redes solidarias con sentido práctico. Todos estos aspectos que la sociedad misma, desde sus bases, está innovando, por medio de iniciativas ciudadanas. La hora de un nuevo vuelco en las propuestas ciudadanas está también en la mesa de la política.
El autor es diplomático.