El advenimiento de la industria 4.0 (Cuarta Revolución Industrial) ha alterado la forma en que se realiza la producción, así como las características de los mercados. la Internet de las cosas, el big data, la computación en la nube, la robótica y la inteligencia artificial, además de caracterizar el mundo moderno, representan también productos que se venden. Hoy, en una fábrica robotizada (smart factory) se crean todo tipo de bienes en un tiempo humanamente inalcanzable para el más diestro obrero. Los errores se minimizan y poderosos programas calculan su ocurrencia, adelantándose a retirar el producto dañado.
La tecnología M2M hace que dos máquinas se comuniquen entre sí para que una de ellas avise a otra cualquier alteración en el sistema que disminuya la calidad de la producción. Luego, se envía un informe a un supervisor humano por medio de la tecnología denominada Internet de las cosas. El proceso de decisión se facilita, pues el software ha calculado todo con el máximo de eficiencia.
Cambios. La estructura económica del mundo ha cambiado a un paso veloz, estableciendo reglas distintas a las que podrían existir durante el siglo XX. La creación de bienes y servicios en la industria 4.0 ha permitido crear un mundo de transacciones comerciales virtuales, difícilmente detectables para el fisco, pues solo son un dato generado por una aplicación. Al realizar movimientos de capitales el sistema envía datos de un servidor a otro, a través de Internet.
Por la interconectividad telefónica la escuela moderna ya no será más una institución física, sino una aplicación virtual. El nivel de habilidad del estudiante dependerá de cuántas veces haya ingresado a un mundo simulado, en el cual aprende a interactuar con programas robóticos que pueden mantener una conversación. Una computadora es capaz de comprender el lenguaje humano, pues identifica ciertos patrones lingüísticos, lo que hace posible para la inteligencia artificial responder a preguntas.
El conocimiento que la máquina adquiere al conversar se va acumulando y se da un verdadero aprendizaje de la máquina, tal y como lo muestra la película Ex machina, la cual plantea la historia de un androide que planifica su escape de un laboratorio al manipular a su evaluador, pues había realizado un estudio de su personalidad a través de sus patrones en redes sociales.
Matemáticas. Toda nueva tecnología ha necesitado la matemática para ser funcional. Por ejemplo, James Watt; creador de la máquina de vapor, utilizó matemáticas para estudiar el rendimiento de una máquina de Newcomen. Sus conocimientos le permitieron comprender los procesos de enfriamiento y calentamiento que harían posible ahorrar carbón y aumentar la eficiencia del vapor. La matemática ha de ser el corazón de un nuevo sistema educativo capaz de proveer capacidades suficientes a los estudiantes para superar el cerebro mecánico de una computadora y hacerlos verdaderos investigadores.
Ya sea un proceso productivo o un fenómeno natural, el estudiante debe analizarlo mediante un método estadístico que le permitiría extraer un patrón de un conjunto de datos. El álgebra sería necesaria para expresar éste patrón en un lenguaje comprensible universalmente. Una vez se examine un fenómeno particular (embotellamientos, propagación de un virus, crecimiento urbano), el estudiante provee una solución al fenómeno que estudia en términos científicos. Cuando el estudiante compare su experiencia en el aula virtual con su experiencia en la realidad será evidente que la educación formal le resultaría práctica, pues le facilitaría herramientas para proveer servicios útiles a toda la sociedad.
El Estado, como ente planificador que controla la sociedad civil, debe eliminar los obstáculos que impidan la implementación de otro sistema educativo, situado en un mundo en el cual solamente la información tiene valor de cambio. Un ciudadano tiene posibilidades de sobrevivir en tanto sus habilidades se adapten a las necesidades de un sistema que ya no necesita del trabajo humano.
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La smart school es la respuesta al impacto de una economía robotizada que genere superproducción en un mundo castigado por el desempleo. El valor de cambio es la clave en este contexto educativo, pues estaría fundamentado en información. Un sistema educativo que genera datos a menor velocidad que el resto de sistemas que lo rodean rebaja el valor de los datos o los hace superfluos. Si el estudiante puede predecir el comportamiento futuro de un fenómeno, su investigación posee un extremo valor económico y social.
El autor es asesor de matemáticas del MEP.