
Costa Rica ha transformado su estructura exportadora en poco tiempo. Pasamos de ser una economía dependiente de unos cuantos bienes agrícolas a convertirnos en un país que exporta más de 4.300 productos a 150 destinos, con una presencia internacional que crece no solo en volumen, sino en sofisticación y diversificación.
Exportamos desde productos como piña, banano, café y tubérculos, cuya calidad nos ha posicionado de manera contundente en el mundo; hasta dispositivos médicos y servicios intensivos en conocimiento como tecnologías de información y comunicación, finanzas, ciberseguridad, entre otros.
Este logro trasciende la cifra: refleja un proceso histórico de apertura, visión estratégica, disciplina institucional y una evolución profunda del sector productivo. Pero, sobre todo, demuestra la capacidad del país para abrir más mercados, entender sus demandas y construir relaciones comerciales sostenibles con los principales bloques económicos del mundo.
Durante décadas, Costa Rica fue sentando las bases de un modelo exportador moderno. Consolidó una política de apertura comercial que nos integró a las economías más dinámicas, fortaleció su institucionalidad, invirtió en capital humano y se preparó para atraer inversión extranjera de calidad.
Al mismo tiempo, se creó un andamiaje de promoción comercial que permitió entender tendencias globales, identificar oportunidades y apoyar a las empresas para que cumplieran los estándares exigidos por mercados sofisticados. Así, la diversificación que hoy celebramos es el resultado de decisiones coherentes, trabajo técnico constante y un diálogo permanente con las empresas.
El protagonista
En este camino, el sector empresarial costarricense ha sido protagonista. Miles de compañías, desde pequeñas agroindustrias hasta grandes empresas de manufactura avanzada o servicios, se atrevieron a actualizar procesos, invertir en tecnología, adaptarse a nuevas normativas, explorar nichos emergentes y asumir riesgos en mercados que antes parecían lejanos.
Cada certificación alcanzada, reconversión productiva, envío piloto y ajuste operativo contribuyó determinadamente a construir la reputación del país como un proveedor de calidad, confiable, innovador y capaz de competir en segmentos de alto valor.
La diversificación de mercados es, en ese sentido, también una historia de valentía empresarial: de empresas que se apropiaron de los instrumentos disponibles y los transformaron en oportunidades reales de crecimiento.
Desde Procomer hemos acompañado ese recorrido. La institución ha evolucionado de ser solamente ventanilla exportadora o ente capacitador de empresas a convertirse en una plataforma integral de desarrollo productivo y de inteligencia estratégica para el país.
Se han construido herramientas y sistemas de información para orientar la toma de decisiones; mecanismos para fortalecer los encadenamientos productivos; servicios de certificación y transformación productiva que abren puertas a mercados exigentes; estrategias que responden a la demanda de consumidores y compradores globales; e iniciativas que impulsan el valor agregado.
Red de oficinas en 40 mercados
A ello se suma una sólida red de oficinas internacionales que operan como extensiones de la institución en más de 40 mercados; asesoría y apoyo para la facilitación del comercio y la inversión, así como una administración y gestión eficiente del régimen de zona franca; todo esto con un objetivo claro: simplificar la operación de las empresas, reducir barreras y facilitar su acceso a más mercados.
La diversificación, ha sido y sigue siendo el corazón de las estrategias de Procomer. Desde hace casi 30 años, se inició un proceso de diversificación de las exportaciones que se ve reflejado en los datos: pasamos de exportar cuatro productos principales en la década de los 80 a 4.300 a la fecha. Actualmente, si bien Norteamérica continúa siendo nuestro principal socio comercial, otras regiones del mundo tienen un peso importante, tal es el caso de Europa (20%), Centroamérica (20%) y Asia (5%).
Hoy, Costa Rica tiene una plataforma sólida que permite proyectar una visión aún más ambiciosa. El país cuenta con talento, reputación, instituciones robustas y un sector empresarial que ha demostrado su capacidad para innovar.
Lo que viene desde Procomer es una etapa de diversificación más profunda y estratégica: expandir presencia en mercados prioritarios, consolidar portafolios sectoriales más sofisticados, impulsar nuevas tecnologías, fortalecer capacidades para competir en cadenas globales complejas y crear nuevas herramientas que faciliten la escalabilidad de las empresas y facilitar un mejor clima de negocios. El propósito no es sustituir lo que ha funcionado, sino potenciarlo y convertirlo en plataforma para nuevas industrias y oportunidades.
Los retos existen, sin duda, y exigen que sigamos diseñando políticas modernas que fortalezcan la industria nacional y la atracción de inversión extranjera directa, impulsen el desarrollo del talento humano y mejoren la competitividad país. Solo así podremos continuar avanzando por la ruta de la diversificación.
En Procomer seguiremos promoviendo una visión de largo plazo que consolide nuestra presencia internacional, amplíe aún más la oferta exportable, aumente la inversión y transforme cada nueva oportunidad en mayor bienestar para Costa Rica.
La autora es economista y gerente general de la Promotora del Comercio Exterior de Costa Rica (Procomer).