En 1798, el gran economista inglés Thomas Malthus, publicó su obra más conocida: “Ensayo sobre el principio de la población”, en la cual señalaba que la población aumentaría en forma geométrica y el alimento lo haría en forma aritmética; es decir, los seres humanos creceríamos mucho más rápido de lo que produciríamos los alimentos.
Malthus afirmó que, si no se controlaba el crecimiento demográfico, llegaríamos a un límite en que la población no tendría suficiente comida para alimentarse, predicción que se conoce como la ‘catástrofe maltusiana’. Sin embargo, él visualizó algunas formas, mediante las cuales la población disminuiría, a saber: hambrunas, epidemias, guerras, abstinencia moral, vicio, miseria y políticas dirigidas desde el Estado.
Desafortunadamente, desde la publicación del “Ensayo sobre el principio de la población”, efectivamente nuestras sociedades han padecido pandemias, guerras mundiales y desastres naturales, entre otras calamidades, que han disminuido la población. Pero, por otra parte, tanto organismos internacionales como gobiernos nacionales, han implementado durante las últimas décadas, políticas públicas para la reducción y control de la natalidad. Esto con el afán de que las tasas de fecundidad no sobrepasaran los 2,1 hijos por pareja, que es la tasa de reemplazo generacional.
Sin embargo, por los datos y análisis demográficos recientes, hoy podemos decir, que muchas naciones se han alejado de la catástrofe maltusiana para acercarse a un delicado punto de constricción de la natalidad. Diversas agencias de Naciones Unidas, centros de educación superior y renombrados académicos, están hablando en los últimos meses del invierno demográfico, situación que involucra variables como el aumento en la esperanza de vida y la baja en la fecundidad.
Según el documental Invierno demográfico: el declive de la familia humana , producido por SRB Documentales y en el que participan destacados intelectuales, alrededor de 59 países están enfrentándose a una tasa de fecundidad que no alcanza la reposición generacional; tasa que en Europa apenas es de un 1,3. La población de Rusia está disminuyéndose en 700.000 personas por año, por lo que, en un plazo inferior a 50 años, este país habrá perdido más de la mitad de su población. En China la política de control de la natalidad deja hoy a más de 78 millones de chinos que no tendrán la posibilidad de unirse ni contraer matrimonio con una mujer de su mismo país.
Afirma la CEPAL que en Latinoamérica se observa un acelerado descenso en la fecundidad, sin precedentes en la historia demográfica de la región, ya que en los últimos 55 años pasamos de tener índices reproductivos que figuraban entre los más altos del mundo a niveles inferiores a la media mundial. En Costa Rica, durante el periodo de 1997 a 2007, la tasa de fecundidad cayó de 2,6 a 1,9. Por ello es ahora cuando el Gobierno debe trabajar en favor de la vida, la familia y la sociedad, antes de enfrentar una grave crisis como la del invierno demográfico para Europa.