Con respecto a la necesidad de construir un nuevo hospital de geriatría y gerontología, dotarlo de servicios esenciales para atender las demandas de los adultos mayores y contratar personal, en el 2010, se expusieron las propuestas.
Nueve años después, el jueves 19 de setiembre del 2019, fue aprobada la edificación del centro médico. Antes de eso, en diciembre del 2016, fue presentada la propuesta de construcción de una torre en terrenos del actual hospital.
Las gestiones ante la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) han dado el fruto esperado y se dispone ahora del compromiso que, con carácter prioritario, ha facilitado al proyecto superar retos y dificultades de diversa índole, gracias a la disposición del vicepresidente de la República, Marvin Rodríguez Cordero; de Román Macaya Hayes, presidente ejecutivo de la CCSS; la Junta Directiva de dicha institución y otros jerarcas.
El consenso constituye un hito en nuestro país porque no es hasta ahora que se conceptualiza un centro hospitalario diseñado especialmente para las personas cuyas edades sobrepasan los 65 años, que considere sus múltiples necesidades, con cero barreras arquitectónicas.
Durante más de cuatro décadas, el Hospital Nacional de Geriatría y Gerontología ha ocupado las instalaciones del antiguo Hospital Nacional Antituberculoso Dr. Raúl Blanco Cervantes, diseñado y construido con el fin de atender a jóvenes afectados por esa enfermedad.
En consecuencia, el vetusto edificio principal carece de la planta física idónea para cumplir la Ley Integral de la Persona Adulta Mayor y la Ley de Igualdad de Oportunidades para las Personas con Discapacidad.
Arreglos varios. A lo largo de los años se llevaron a cabo remodelaciones en diferentes salones del edificio. No obstante, debido al diseño original, nunca ha sido posible llenar todas las necesidades ni garantizar el cumplimiento de las normas mencionadas.
Costa Rica afronta grandes desafíos poblacionales. Por eso, considero un enorme logro que la seguridad social, en conjunto con la segunda vicepresidencia de la República, ponga manos a la obra para el desarrollo de un proyecto de tal envergadura para beneficio del país.
El próximo centro hospitalario deberá atender casos de complejidad geriátrica; preparar la formación de profesionales en la materia; fomentar la investigación de acuerdo con la prevalencia de las enfermedades que aquejan a los adultos mayores; aumentar la cobertura para atender pacientes crónicos mediante la hospitalización; instituir los cuidados paliativos en el domicilio; y coordinar con los servicios de geriatría del resto de los hospitales.
Será necesario actualizar protocolos e incorporar tratamientos novedosos para las patologías más frecuentes.
Servicio novedoso. El funcionamiento del nuevo hospital trascenderá el trato tradicional porque habrá un equilibrio en la atención domicilio-comunidad-hospital.
De igual manera, se plantean fuertes alianzas de cooperación y colaboración con el Consejo Nacional de la Persona Adulta Mayor (Conapam) y las organizaciones que promuevan la dignidad, la calidad de vida y el cuidado a larga estancia.
La atención intrahospitalaria atenderá las 24 horas del día, los 365 días del año en el departamento de emergencias. El servicio se ampliará a 10 quirófanos con capacidad para colocar 400 camas, aproximadamente.
La conceptualización de esta urgente obra contempla lo más avanzado de la gerontotecnología e innovación capaz de brindar un servicio óptimo, lo que constituye un paso grande en la dirección correcta para enfrentar el envejecimiento de los costarricenses. Según el cronograma propuesto, la obra será inaugurada en el 2023.
El centro les dará a los adultos mayores el lugar merecido. Dios ha de querer que así sea y contemos pronto con él, equipado con tecnología de punta y la calidez humana del personal.
El autor es geriatra y gerontólogo.