Definición de “suceso”: lo que no debía haber sucedido. Cornelis Kalkman, era un holandés mayor ya, con más de veinte años viviendo cerca del golfo de Nicoya, conocido por su empeño en ayudar a salvar el bosque tropical en esta geografía. Dejó de soñar, porque hace pocas semanas una banda criminal armada irrumpió en su casa y lo mató a quemarropa. Da tristeza ver con qué morbosidad los noticieros detallan que un primer tiro le segó el dedo índice y luego, otro tiro y otro tiro. ¡Valientes, esos miserables, con revolver, contra un anciano indefenso!
Pero lo grave no está solo en que no hay derecho, así de simple, de segar la vida de nadie, y en este caso dejar una viuda y tres hijos. Dentro del mar de preguntas pendientes, para esta familia golpeada como para todos los conscientes y honorables que queremos simplemente vivir, es que, al contrario, ya no son tantas las preguntas como las conclusiones tajantes: uno ya no solo tiene que cuidarse de algún maleante suelto, sino como en este caso, de bandas, grupos con “visión” y “misión” (para calcar los “objetivos” que, a lo gringo, ahora ponen en la mayoría de las empresas). Luego, consta que los malhechores iban informados de cómo llegar a este destino, cómo salir y a qué desplazarse. Aprovechando que andaban encapuchados, ¡ahora todavía andan sueltos! Impotencia versus impunidad…
Perjuicios ecológicos. Evidente resulta también el daño producido a la causa ecológica de Costa Rica. La víctima, desde antes de establecerse en Costa Rica, había trabajado activamente en una “Fundación Guanacaste”, en Holanda y a base de su propio peculio estuvo generando una corriente de confianza en este tipo de inversiones, desde Europa, en pro de este país tropical. Es como en una entrevista para ser contratado: usted tiene apenas medio minuto para causar una primera impresión. En el caso concreto, este “crédito” se ve afectado. Esta imagen se encuentra deteriorada.
Por último, lo villano e inefable está en la confirmación de cuán erróneo prevalece, en el medio, un concepto de “extranjero” como equivalente de “dólares”, sinónimo de objeto a destusar, persona reducida a billetera, a desplumar. La gran masa no ve en el turista o en el residente foráneo sino material a despojar. Con más respeto, con más previsión, para no matar a la gallina con su primer huevo de oro…, (pese a una cantidad industrial todavía de problemas a resolver), estos más de cincuenta mil kilómetros cuadrados del terruño podrían ser tierra privilegiada para todo tipo de turismo decente, para jóvenes, para ancianitos, turismo médico, etc. El malévolo crimen ocurrió cerca de Mal País… ¿Funesto nombre-presagio para este país?