Me refiero a la publicación del editorial titulado “Aeropuerto en Orotina; “ocho años de promesas”, del día 1.° de abril del 2025, en La Nación.
Desde 1992 se han realizado estudios y análisis con el propósito de establecer y comparar las posibles ubicaciones del nuevo aeropuerto en Caldera, Cascajal, Orotina, Pitahaya y Tárcoles. Después de analizar los criterios de ponderación y de valoración de cada sitio, se recomendó que el mejor era el sitio de Orotina.
Sin embargo, con la propuesta de ubicación del nuevo aeropuerto en ese sitio, surgen hasta la fecha importantes incertidumbres e indecisiones como la falta de planificación para reservar los terrenos que estarían afectados con su construcción, la falta de estudios y autorizaciones ambientales, la falta de planificación de los accesos (como carreteras y ferrocarriles) y la falta de una adecuada planificación de los modelos de factibilidad económica y financiera.
Estudios recientes estiman que la capacidad del aeropuerto internacional Juan Santamaría –operando con una sola pista de vuelos con una nueva calle de rodaje paralela total al sur de la pista existente, con construcción de nuevas calles de rodaje y con la ampliación de la plataforma para puestos de aeronaves– llegaría hasta el año 2050.
La operación de la aviación doméstica indica que los aeropuertos Tobías Bolaños y el Santamaría se complementan operando como vasos comunicantes para la distribución del tráfico de aeronaves de la aviación general. Esa situación es clave para evaluar la vida útil del Juan Santamaría.
Costa Rica ha desarrollado una buena conectividad internacional con América del Norte, Latinoamérica y Europa. El Juan Santamaría, junto con el Daniel Oduber, han desarrollado una buena red internacional, comparable a la de grandes aeropuertos latinoamericanos. Ambos están muy bien conectados con los principales hubs de la región. Si bien el Daniel Oduber captura algunos mercados internacionales, el Santamaría ha seguido creciendo en frecuencias de aeronaves y de pasajeros.
Por lo antes señalado, es evidente que la propuesta de un nuevo aeropuerto en Orotina no se justifica y se debe descartar su construcción. Los esfuerzos se deben concentrar en las mejoras que se requieren para el desarrollo la infraestructura del Juan Santamaría.
En conclusión, se deben liberar los terrenos hoy afectados en Orotina y, en su lugar, iniciar las expropiaciones de los terrenos ubicados al sur de la pista de vuelos del Juan Santamaría para permitir la construcción de una nueva calle de rodaje paralela total. También, para habilitar terrenos que permitan el crecimiento hacia el oeste de la terminal de pasajeros, se deben trasladar las instalaciones de Coopesa hacia el lado sur de la pista existente.
Finalmente, para que actúen como alimentadores de tráfico del Santamaría y de Liberia, se deben construir nuevos aeropuertos regionales en la zona sur y en la zona norte del país y desarrollar los existentes en Limón, Puerto Jiménez, Quepos y Nosara.
galvarez@accesocr.com
Guillermo Álvarez Martínez tiene 35 años de experiencia en Planificación e Ingeniería de Transportes como consultor independiente de firmas consultoras y bancos internacionales de desarrollo en 155 aeropuertos.
