En este mes, cuando el mundo entero se tiñe de rosa, quisiera comentar la diferencia entre prevención y concientización.
Según el Diccionario de la Real Academia Española, la palabra “prevención” tiene los siguientes significados, en sus primeras dos acepciones: 1) Acción y efecto de prevenir. 2) Preparación y disposición que se hace anticipadamente para evitar un riesgo o ejecutar algo.
“Prevenir”, por su parte, tiene varias acepciones, que copio a continuación, algunas de las cuales nos pueden servir aquí, como la 1, 2, 4, 6 y 7.
1. Preparar, aparejar y disponer con anticipación lo necesario para un fin. 2. Prever, ver, conocer de antemano o con anticipación un daño o perjuicio. 3. Precaver, evitar, estorbar o impedir algo. 4. Advertir, informar o avisar a alguien de algo. 5. Imbuir, impresionar, preocupar a alguien, induciéndolo a prejuzgar personas o cosas. 6. Anticiparse a un inconveniente, dificultad u objeción. 7. Disponer con anticipación, prepararse de antemano para algo.
Sin embargo, cuando escuchamos la palabra “prevención”, la mayoría de nosotros pensamos en la tercera acepción: precaver, evitar, estorbar o impedir algo. Más vale prevenir que lamentar. Pero este significado, que sugiere que podemos hacer algo para “evitar” enfermar de cáncer de mama, definitivamente no aplica en lo que a estas campañas rosa se refiere.
Porque, aunque comúnmente se habla de “prevención” del cáncer de mama, no hay nada que podamos hacer para evitar que nos dé.
Se dice que es producto del uso de antitranspirantes, culpa de las mamografías que nos hacemos todos los años, por comer comida chatarra, por los agroquímicos usados en las verduras y frutas que consumimos, por la contaminación, por el estrés, por la obesidad, por el sedentarismo, por los cielos de asbesto, por el plomo que absorbimos siendo niños… en fin, por cualquier cosa, cuando la realidad es que no sabemos qué lo causa, ni por qué es cada vez más frecuente.
Inevitable. Usted puede comer saludablemente, ejercitarse todos los días, tener varios hijos y amamantarlos, no fumar ni tomar alcohol ni acostarse tarde, y, aun así, es un candidato potencial para sufrir cáncer de mama, especialmente si es mujer. Recordemos que el primer factor de riesgo es simplemente ser mujer. Nada de eso evitará que le dé cáncer de mama. Pero sí afectará el pronóstico y desenlace de la enfermedad.
Si mantenemos una vida saludable, comemos bien, hacemos ejercicio, no fumamos ni tomamos demasiado, si evitamos el estrés hasta donde se pueda… todo eso incidirá en la manera como nuestro cuerpo podrá enfrentar el cáncer de mama.
Entre mejores condiciones físicas tenga la persona diagnosticada, mejores probabilidades tendrá de recuperarse totalmente. Y entre más temprano se detecte la enfermedad, mejor será el pronóstico.
Lo que quiere decir que, para no dar lugar a equívocos, este mes debiera estar dedicado a la concientización sobre el cáncer de mama. Conozcamos a nuestro enemigo para poder reconocerlo en etapas tempranas. Conozcamos los factores de riesgo asociados, así como los síntomas más frecuentes para lograr reducir la mortalidad por esta enfermedad.
Recordemos que, diagnosticado a tiempo, el cáncer de mama es casi siempre curable.
La autora es voluntaria y tesorera de la Fundación Nacional de Solidaridad contra el Cáncer de Mama (Fundeso).