Existe una creencia muy extendida en que la enfermedad de Chagas no existe en el país. Paradójicamente, es muy frecuente tanto en el norte como en el sur de nuestro territorio, y aquí abundan los reservorios de vida silvestre (zarigüeya o zorro pelón) y los insectos transmisores (chinches chupasangre).
Esta errónea creencia en que somos una especie de oasis epidémico e inmunes a esta mortal enfermedad es completamente desechada en tres estudios científicos recientes, los cuales indican que de un 5 a un 27 % de los perros (en áreas donde están presentes los chinches) están contagiados con la enfermedad de Chagas (tripanosomiasis americana causada por Trypanosoma cruzi).
Si antes de conocer esas publicaciones me hubieran dicho que un 1 de cada 100.000 perros da positivo, me habría parecido razonable; incluso 1 de cada 100 sería más o menos digerible (aunque bastante alto). Pero que de 5 a 27 perros de cada 100 estén contagiados era algo impensable.
La enfermedad de Chagas es considerada mortal e incurable, tanto en animales como en personas, por lo que en lugar de curación lo que se requiere es prevención. Una vez desarrollados los síntomas típicos (enfermedad cardíaca o neurológica o dilatación de órganos digestivos) no es mucho lo que se puede hacer.
Además de perros, afecta a gatos, cabras y muchas otras especies. Cualquiera de ellas funciona como reservorio de la enfermedad y el diagnóstico representa un aviso que debería motivar a sopesar el riesgo para los humanos a su alrededor.
¿Cuál es la incidencia del chagas entre los costarricenses? La terrible verdad es que nadie lo sabe con seguridad. Solo se conoce la incidencia entre los donantes de sangre, pero este dato no es extrapolable a la población en general, pues la gente enferma no acostumbra a donar sangre.
Llama la atención que muy pocos médicos —incluidos los veterinarios— incluyen la enfermedad de Chagas en su diagnóstico diferencial de cardio y neuropatías. ¿Serán todos los infartos realmente infartos? ¿Serán todas las epilepsias realmente eso? Es de gran importancia efectuar más estudios e investigación científica sobre la enfermedad de Chagas en Costa Rica, tanto en animales como personas.
Es notable la cantidad de personas que relatan haber sido picadas por chinches y que ahora padecen hipertensión, trastornos de conducta, enfermedad renal o derrames, que, por lo general, no se asocian con el chagas, pero podrían tener su origen real en él, según varios estudios.
Nuestros perros y gatos, pues ellos son los sacrificados centinelas, nos están avisando que existe una amenaza en nuestras puertas. Debemos cuidar a nuestras mascotas de la enfermedad.
El autor es médico veterinario.