Opinión

Existencia del aura

Prueba científica de un fenómeno místico

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Gracias a los más recientes avances en el desarrollo de la espectroscopia laminoscópica por emisión de electrones fríos (ELEF), se ha podido demostrar científicamente la existencia del aura o halus anímicus. Este fenómeno, que desde la antigüedad es objeto de especulaciones y debates de carácter metafísico, ha tenido una gran importancia en el ámbito místico, especialmente en el seno de las religiones mesorientales. Es bien sabido que la percepción intuitiva del aura se encuentra en el origen de la tradición icónica cristiana que representa la santidad de personas, ángeles y santos con un círculo dibujado alrededor de la cabeza. Ya en el siglo XIX, el historiador francés Ilvaferan Tadechous afirmaba que la costumbre de poner un halo a las imágenes cristianas tuvo su origen en una visión experimentada en el año 359 de nuestra era por San llano de Galipoli, quien después de un encuentro místico con el arcángel Mardoqueo describió minuciosamente los halos anímicos o auras de este arcángel y de varios mártires griegos, entre los que figuraban San Ultecio de Bitinia y Santa Eufrasia Egipciaca, decapitados ambos en el año 245 d.C. por orden de Murcio II, cabecilla dacorromano de la herejía graziana.








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