En 1895, hace un poco más de un siglo, los poderes coloniales se reunieron en Berlín para decidir el reparto del continente africano. El Acta final de dicha reunión declaró que los territorios africanos podían ser ocupados como "res nullius". Gran Bretaña, Francia, Bélgica, Portugal, Italia y Alemania se repartieron y dividieron el Continente negro de acuerdo con sus intereses y fuerzas, sin consideración alguna a los grupos étnicos, las fronteras históricas y culturales. La mayor parte de los problemas contemporáneos del continente africano tienen su origen en ese trazado de fronteras, hecho con un tiralíneas desde Berlín, París y Londres. Entre 1885 y el inicio de los años sesenta de este siglo, Africa vivió como dominio privado de las casas reales y gobiernos europeos, soportando el colonialismo y sistemas de vasallaje y genocidio como no han conocido otros pueblos de la tierra. Zaire por ejemplo, un país tan grande como España y Francia juntos fue la finca privada del Rey de los Belgas.
A principios de los años sesenta, las Naciones Unidas emprendieron un plan de descolonización que llevó la independencia a todos los países africanos. Las potencias coloniales, salieron de Africa, pero se dejaron asegurado el control de sus riquezas y recursos por medio de leoninos contratos y supuestos acuerdos de cooperación, además, para seguir imponiendo su presencia y poder se aliaran con gobernantes corruptos y sanguinarios que permitieron a las antiguas metrópolis seguir con la explotación económica en los nuevos Estados. Bokasas, Mobutus, Bongos, etc. fueron los lugartenientes de las antiguas potencias coloniales que aprovechando la coyuntura de la Guerra Fría no permitieron el "despegue" africano.
De todos los países europeos, el que mejor estableció un sistema de explotación fue Francia. París a través de su poder logro controlar hasta hace pocos meses los países africanos por medio de un sofisticado sistema económico, cultural y político. La dominación económica la ataron al establecer un sistema de cambio de las diferentes monedas africanas en relación con el franco francés, de esta forma, en la capital francesa se controlaba no solo el valor de las monedas, sino los flujos monetarios, los déficits y la inflación africana. Desde el punto de vista cultural, inventaron la llamada "Francofonía", que con la excusa de defender el francés, controlaron la educación, los valores y la historia. París convirtió las reuniones de la "Francofonía" en un espectáculo político para poner de manifiesto no solo los lazos culturales y políticos, sino para dejar claro que Francia era el gran arbitro del mundo africano. En esas supuestas reuniones culturales también se ungieron los dictadores africanos de turno.
Los recientes acontecimientos en Región de los Grandes Lagos ha significado un cambio de viraje político. París equivocó su política, no se dio cuenta que la Guerra Fría había terminado, siguió apostando por mantener el status quo, apoyando y protegiendo el anterior Gobierno de Ruanda culpable de llevar a cabo las matanzas que desde 1993 se venían llevando en Ruanda-Burundi y como si eso fuera poco, las autoridades franceses también se empeñaron en mantener hasta el último momento a Mobutu, alegando razones de tipo humanitario, lo que nunca se ha dicho es que detrás de cada "intervención humanitaria" hay siempre juegos de influencia y no olvidemos que Zaire es uno de los países más ricos del Planeta en minerales estratégicos y preciosos. Ante los grandes fracasos recientes, París ha anunciado un retiro de sus soldados en Africa alegando entre otras cosas los recortes presupuestarios y la inadecuación a las nuevas realidades internacionales de una diplomacia basada en gran parte en la intervención militar directa. Francia sacará todos sus hombres y equipo de la República Centroafricana -considerada hasta hace poco el portaaviones francés en Africa y lugar desde donde se controlaba todo el centro del Continente negro. De Bangui, su capital se planearon y se lanzaron las 30 operaciones francesas de intervención más importantes. Similar suerte correrán las bases militares en Senegal, Chad, Djibuti y Gabón. Sólo se mantendrá un pequeño destacamento militar en Costa de Marfil. La salida francesa de Africa, de alguna manera es la salida de los países de la Unión Europea del Continente. Francia arrastro a todos sus socios en su visión de los hechos.
Hoy día la poderosa influencia francesa ha sido desplazada por los Estados Unidos. Ambos países supuestamente aliados han jugado un estira y encoge que lo ha ganado Washington. Los Estados Unidos mantienen una sólida influencia en Eritrea, Etiopía, Uganda, Burundi, Ruanda y hasta en la actual República Democrática del Congo (ex Zaire). Las jóvenes elites que antes escogían París para estudiar, hoy obtienen becas para las universidades americanas y los hombres de negocios de Estados Unidos recorren el Continente en busca de nuevos recursos minerales que explotar. El mismo idioma francés cede terreno, son ya varios los jefes africanos que han dicho que se "expresan mejor en inglés que en francés". Por otra parte, los Estados Unidos han logrado atraer a Africa del Sur a su proyecto político y son muchas las acciones de buenos oficios y otros contactos diplomáticos que son realizados de manera conjunta. Por otra parte, China esta aprovechando el vacío de los europeos para inundar los mercados africanos de productos baratos y de mala calidad. Los hombres de negocios chinos también recorren el Continente buscando nuevos recursos y ofreciendo créditos blandos y aseguran que ellos pueden ofrecer recetas para que Africa emule a los tigres asiáticos el próximo cuarto de siglo. Los africanos que comienzan a salir de sus gobernantes corruptos y de su recesión económica han comenzado a mirar a chinos y americanos con buenos ojos. Después de todo, los africanos son conscientes que China y los Estados Unidos serán las dos potencias más importantes de los próximos años. Todo indicaba hace unos cinco años que Africa quedaba fuera de la famosa globalización, que ni siquiera había interés en explotar sus recursos, pero hoy la situación comienza a tener un viraje diferente. Esperamos que para beneficio del Continente.