El lobo y el zagal

Hacemos un llamado respetuoso con la finalidad de que se corrija el norte

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Cuando los altos dignatarios del Estado nos anunciaron que el norte de su brújula lo fijaron hacia el sur, para imitar el modelo chileno –sin consulta, debate ni consenso–, recordamos el cuento del pastorcillo que frecuentemente alarmaba a la aldea exclamando: “¡Allá viene el lobo!”. Un día, nadie le hizo caso y el fiero animal se devoró al zagal.








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