En "El ICE rezagado y sin tiempo" (Foro, 12/5/05), don Rodrigo Altmann plantea que el proyecto térmico Garabito no debe hacerse e insiste en plantear la rehabilitación de las unidades generadoras de Moín, para después instalar una planta de gasificación.
El ICE ha evaluado y rechazado este proyecto, propuesto por don Rodrigo y un grupo de inversionistas, desde hace varios años, porque no resulta apropiado para los intereses del sistema eléctrico.
El sistema está basado en fuentes renovables. Más de tres cuartas partes de la generación se obtienen de la hidroelectricidad, un 15% de la geotermia y cerca de un 3% de la energía eólica. Para complementar las variaciones naturales de los caudales en los ríos y del viento, es necesario tener un respaldo térmico, cuyo papel es funcionar cuando las demás fuentes disminuyen y garantizar la continuidad del suministro. Esta combinación de fuentes renovables y respaldo térmico es también la que resulta más económica en nuestro sistema.
El grado de utilización del térmico depende de las condiciones hidrológicas: en la época lluviosa las plantas rara vez se encienden, mientras que en un verano muy seco se requieren todas las máquinas a plena capacidad. Esta modalidad de uso debe entenderse claramente, para evitar el error de pensar que las plantas térmicas están subutilizadas o que se trata de equipos sobrantes u ociosos.
Garabito necesario. El desarrollo del país ha hecho que la demanda de energía eléctrica se duplique aproximadamente cada 13 años, y se proyecta que este ritmo se mantendrá con una tasa de crecimiento alrededor del 5%. Para atender esta mayor demanda, el país está construyendo en la actualidad las plantas hidroeléctricas Cariblanco, Pirrís, La Joya, General, Los Negros y Canalete, y necesita la adición de Garabito para disponer del complemento térmico que asegure el suministro eléctrico en los períodos secos.
En Garabito se seleccionó la tecnología de Ciclo Combinado. Así se le conoce porque combina turbinas de gas con turbinas de vapor. Los gases calientes despedidos por las turbinas de gas se utilizan para evaporar agua y mover una turbina de vapor. Un ciclo de vapor logra recuperar hasta un 50% de la potencia del ciclo de gas, sin utilizar más combustible.
En lugar de hacer el proyecto Garabito, diseñado desde su concepción como ciclo combinado totalmente integrado y nuevo, don Rodrigo propone en el corto plazo adaptar los equipos existentes en Moín, agregar un ciclo de vapor y, como una segunda etapa, añadir los equipos de gasificación de su propuesta comercial.
El error de don Rodrigo está en suponer que las máquinas de Moín no son requeridas por el sistema y que están ociosas. Los estudios de expansión indican que el sistema ocupa el proyecto Garabito, más el aporte de todo el resto del parque térmico, que por supuesto incluye todas las turbinas de Moín.
Propuesta inconveniente. Un análisis elemental basta para entender que la propuesta de don Rodrigo no es comparable con Garabito. En primer lugar, no agrega toda la capacidad requerida por el sistema eléctrico; además, según sus propias cifras, tiene un costo unitario mayor. Por último, es técnicamente imposible, con solo la instalación de la fase de vapor, obtener la ganancia de potencia que menciona.
Por otra parte, insiste en su propuesta de gasificación. Con ella pretende que el ICE contrate sin concurso, durante 20 años, la quema de un gas sintético en las turbinas adaptadas de Moín, que se obtendría de gasificar Orimulsión, un combustible fósil que tiene un único proveedor en Venezuela. Además, la contratación incluye la obligación del ICE de generar el 85% del año comprando el gas sintético; o sea, pagando por un combustible que no necesitamos, cuando hay agua en nuestros ríos o sopla con fuerza el viento. Esta obligación representa un pago mínimo de $107 millones por año. Además, la contaminación global de la atmósfera con CO2, producto de quemar ininterrumpidamente este combustible, sería muchísimo mayor que la generada por el uso esporádico del diésel en las plantas de respaldo.
En suma, esta propuesta no ha demostrado ser una solución conveniente para el sistema nacional.
El proyecto de Garabito está plenamente justificado y debe ser construido con la mayor brevedad para garantizar que el país cuente con la electricidad que requiere para su desarrollo.