Opinión

El efecto de la ventana rota

El desorden invita al desorden

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Phillip Zimbardo, sicólogo de la Universidad de Stanford, llevó a cabo tres décadas atrás el siguiente experimento: Estacionó dos carros idénticos, uno en un barrio de clase alta, en Palo Alto, y otro en una barriada popular del Bronx. A este último le había quitado las placas y lo dejó a propósito con la joroba abierta. Nadie tocó el carro en Palo Alto durante toda la semana de la prueba. Al carro del Bronx lo desmantelaron en un día. Lo más interesante del experimento vino a continuación. Zimbardo rompió una de las ventanas del carro en Palo Alto y lo dejo solo nuevamente ¡En cuestión de horas este carro también fue saqueado! Moraleja: el desorden invita al desorden; una pequeña desviación de la norma bien puede originar una avalancha de vandalismo.








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