Opinión

El debido proceso

Una garantía, un derecho fundamental

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Hace unos meses, en Página 15, publiqué un comentario con el título "Debido proceso y dignidad". Preocupado por el exceso de formalidades procesales que hoy imperan, tanto en la Administración Pública como en el Poder Judicial, escribí que el debido proceso –a pesar de ser una garantía de orden constitucional– no se debía concebir como un fin en sí; más bien, debía verse como una herramienta para el establecimiento de la verdad real y la responsabilización de quienes han violentado el estado democrático y social de derecho.








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