
Ya es hora de que algún político filósofo piense en unir las virtudes del capitalismo con las del comunismo, o en eliminar los vicios del capitalismo y del comunismo, lo que viene a ser lo mismo.
El capitalismo tiene la virtud de estimular la libertad de empresa y eso aumenta el patrimonio personal y el estatal. Sin ningún control, ese capitalismo genera pobreza y miseria. La libertad que tiene el empresario para dejar sin trabajo a quien ya no le sirve bien es un principio de miseria.
En los países nórdicos de Europa (Bélgica, Holanda) esto lo combaten con altos impuestos que sirven para dar algún subsidio al desocupado. ¿Que esto favorece a los vagabundos? No importa, el vagabundo también tiene que comer, si no, se convierte en asaltante.
Pero comen. En el comunismo no hay miseria, todos comen, ganan salarios muy bajos, pero comen, y, como nadie tiene plata, los asaltantes se murieron de hambre o se los llevaron no se sabe adónde.
El problema del comunismo es que debe funcionar bajo una dictadura férrea: uno manda y todos los demás son peones. Esto, una vez instalado, no tiene fin porque nadie tiene capacidad económica para fomentar una revolución que cambie el sistema y las elecciones no existen. El único ricachón es el Gobierno, dueño de todas las haciendas.
Por el momento se me ocurre que la mejor manera de vivir para ricos y pobres es el sistema económico y político de los países nórdicos de Europa. Que el capitalismo destine un porcentaje de su ganancia a la erradicación del hambre, para que se acaben los delincuentes, y que se mantenga el sistema electoral, porque eso de votar cada 4 años para presidente y diputados nos da la impresión de ser libres.
Cultura y capacidad. Valdría la pena pensar en alguna reforma electoral para seleccionar a los más preparados, exigir al aspirante alguna base de cultura o de capacidad para la función pública.
Del capitalismo hay que conservar la libertad de expresión y el dinamismo de la empresa privada; del comunismo la distribución del ingreso nacional de manera que todos coman.
En el capitalismo se necesitan reglas severas para evitar que se roben los impuestos, y en el comunismo hay que luchar para establecer la libertad de expresión y de elección.
Lo mejor sería tratar de combinar las virtudes de cada uno y dialogar para establecer un sistema combinado.
Ahora que hay tanto aspirante a redentor, se podían poner de acuerdo para hablar de estas cosas.
Bueno, hay que ver si vemos adónde vamos, después seguiremos con esto; por ahora, ya me aburrí de soñar.